viernes, 21 de abril de 2017

La rehén N° 73

El año de 1996 comenzó muy mal.  Esa fresca noche de febrero la tranquilidad de  Arequipa fue violentamente  interrumpida cuando  el Boeing 737 de Faucett se precipitó  en una zona próxima conocida por el nombre –paradójicamente- de “Ciudad de Dios”. Era el preludio de lo que veríamos unos meses más adelante.
Finalizando ese mismo año en vísperas de la navidad en una emboscada sorpresa un grupo extremista tomó la residencia del embajador del Japón en Lima, dejando al país entero en vilo durante 125 días. Fueron momentos dramáticos y esperamos  que nunca se vuelvan a repetir.
Durante  los cuatro meses que duró la crisis de los rehenes,  el Perú fue portada de los más importantes medios del mundo. Con este penoso incidente muchos en el planeta escucharon por primera vez la palabra Perú y lograron ubicarlo en el mapamundi.  Los teletipos enviaban diariamente a los cuatro puntos cardinales del planeta  los últimos acontecimientos desde los alrededores de aquella residencia.  La sombría Lima de finales de los noventa  y el distrito de San Isidro fueron “tomados”  por cientos de reporteros de todo el mundo.  Cada instante enviaban  sus crónicas, era raro en aquellas épocas, la tragedia vista “on line” “en vivo y en directo”, como los  “realities” de ahora, 
Con el correr de las semanas parecía que las  negociaciones iban a llegar a buen puerto y todo finalizaría con una solución pacífica. Nadie presagiaba que ese 22 de abril de 1997 una incursión de comandos retomaría  la residencia del embajador japonés.
Durante esas trágicas jornadas los medios de comunicación apostados en los alrededores hicieron paneos  y tomaron fotografías de diferentes ángulos de aquella residencia, no se libró ni un solo centímetro. En ellas se podían observar las penurias que pasaban los 72 rehenes, hacinados, sofocados por ese infierno  tropical del verano limeño.
De todas esas imágenes que circularon por las pantallas de televisión y acompañaron  los titulares de los diarios, hubo una  que captó nuestra atención. Desde una  ventana de aquella residencia, entre las cortinas, se podía observar a una joven,  parecía adolescente. Lo que me sorprendió es que estaba llorando aterrorizada como si quisiera pedir ayuda. Solo fueron unos cortos minutos y la imagen finalizó  sin ningún comentario.
Luego del rescate que culminó,  como todos sabemos, con la acción triunfante de los comandos peruanos, como era lógico, la alegría en el rostro de los liberados era indescriptible. Noté también que  no había ninguna mujer dentro de los rehenes rescatados, tampoco la vi al lado de Fujimori y  ni  siquiera figuraba  algún nombre de mujer dentro de la lista de liberados que dio la prensa.
¿Quién era entonces esa mujer que se había asomado por esa ventana aquel día?
Todos estos años me hice esa pregunta. Alguna vez, durante esa época de violencia  interna que sufrió el país, leí que los terroristas tenían el secuestro como una de sus formas de captar militantes. Incursionaban dentro de los poblados rurales de la selva central  y  con fusiles en mano obligaban a  jóvenes indígenas a integrar su demencial  y extremista agrupación terrorista, si no aceptaban simplemente los mataban.
Entonces me pregunté: ¿No sería aquella joven una de esas indígenas secuestradas? Creo que para esta interrogante nunca obtendremos respuesta, así qué, lo que  ese día vimos por esa pantalla de televisión en la ventana de la residencia del embajador del Japón fue solo eso, un espectro al que no debemos darle ningún tipo de importancia.       

miércoles, 12 de abril de 2017

El Puma, el verdadero león arequipeño





Durante miles de años las faldas del volcán Misti  y  los territorios que rodean a la ciudad de Arequipa  fueron  el habitad natural del Puma. Este gran felino, dominó durante mucho tiempo estos territorios  hasta que  los pobladores lo  cazaron causando casi  su extinción.  A  pesar de ello, nos hemos enterado que en estos dos últimos años su número ha ido creciendo gracias al trabajo de conservación que está realizando  gente anónima y valiosa del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp).
Los Pumas una especie de felino que no se veía  hace mucho tiempo, han vuelto  a aparecer reportándose más de cinco ejemplares avistados en los humedales dentro de la Reserva Nacional de Aguada Blanca. Es grato saber que esta especie de felino estaría retornando a su habitad natural que es las partes altas de la ciudad de Arequipa.
El poder y la agilidad de los pumas siempre han sido admirados  por diversas culturas. Símbolo de fortaleza  que en el resto del mundo ha servido para nombrar desde Helicópteros de combate  hasta  importantes marcas de zapatillas. Pero a pesar de ello,  paradójicamente,  los arequipeños no le hemos dado la importancia debida.
Muchas veces en la  historia  el carácter  “volcánico”  de los mistianos se ha manifestado  en revueltas que ha molestado al constreñido centralismo limeño. Esas numerosas “revoluciones”  han servido  para que a la ciudad  la conozcan  en el resto del Perú como "El León del sur”.   
La garra, la fuerza y el amor a la tierra,  ha hecho del arequipeño un ciudadano muy diferente al resto de peruanos. Esa fortaleza muchas veces también ha servido para  identificarse con aquella energía que poseen los felinos. Por esta razón es común que el término “León” este muy difundido dentro de la idiosincrasia de la ciudad,  hasta  el club de fútbol FBC Melgar ha tomado la imagen de un león como su símbolo, así también otras instituciones. Pero, lo incomprensible de esta historia es que la imagen felina que han elegido tanto ese club de fútbol como  la ciudad,  no ha sido la del Puma  que es propio de la región, sino,  la del León africano que es totalmente ajeno a la zona al país y hasta al continente mismo. 
Como si Arequipa estuviera edificada sobre una sabana de Kenia algún ágrafo a puesto al león africano como símbolo de la ciudad de Arequipa relegando al Puma su verdadero felino originario. Qué tal torpeza. Y este error hace buen tiempo se ha ido difundiendo por toda la ciudad. Seguramente la persona que por primera vez denominó a la ciudad de Arequipa como  “León del sur” lo hizo pensando en el Puma que también es conocido en la zona con el nombre de “León andino”.  Todos estos años  erróneamente hemos estado poniendo como símbolo de esta ciudad a un felino intruso  que no representa verdaderamente la identidad de los arequipeños. El desconocimiento fue el principal culpable.
Así es señores, el verdadero “león arequipeño”  siempre fue el Puma. Este felino es el símbolo perfecto que  representa  ese  vigor  y lo más coherente es que forme parte de nuestro acervo cultural.  Arequipa es llamado “El león del sur”  y por esta justa razón el Puma  debería ser declarado parte de su patrimonio  y esta iniciativa debería  partir de nuestras autoridades, difundiéndolo como lo que es,  el verdadero símbolo de fortaleza que caracteriza a la ciudad.

domingo, 19 de marzo de 2017

Yamila Osorio y el puntapié al abuelo

En estas poblaciones, según PPK, de simpáticos chuchos, es común encontrar a verdaderos  salvajes dirigiendo municipios y  regiones. A muchos de ellos, el término: abyectos,  los describe perfectamente,  porque actúan -sin exagerar- como las más despreciables sanguijuelas.
Algo debe estar andando mal en este proceso de descentralización porque  desde que se creó el cargo de Presidente Regional  ahora llamado “gobernador”, no ha significado un “gran” aporte para el desarrollo local sino que más bien ha contribuido para que muchos de estos funcionarios terminen  en la lista de los más ricos de la comarca o los primeros  en hacer de sus instituciones  verdaderas organizaciones  de criminales como fue el caso de La centralita. En Arequipa, la prensa local los ha denunciado hasta la saciedad mostrándolos como una plaga depredadora que han saqueado los recursos de la región aplicando el mismo Modus operandi de la pasada década fujimorista, aunque, no creo que lleguemos  a tener  gobernadores regionales como aquella mejicana, analfabeta y fanática religiosa  que al no poder saciar sus frívolos caprichos con la típica corrupción y torpeza tercermundista solo llegaba al clímax cuando mandaba a desaparecer estudiantes con la ayuda de sus pozoleros.
Quién diría que esa lozana imagen que adornaba hasta hace unos años la postal del círculo más íntimo de Juan Manuel Guillén Benavides seria con el tiempo elegida gobernadora de la Región Arequipa. Como era de esperarse hasta la fecha no le observamos ninguna virtud, solo en aquella entrevista que concedió a ese diario, hizo notar una exagerada devoción por los santos y las iglesias, insinuando que  no hay domingo que no acompañe al delicioso plato de adobo su respectivo evangelio. Acaso, ahí estará la razón por la que prefiere derrochar  millones de soles en la construcción de un templo en medio del desierto mientras el Hospital Goyeneche se cae a pedazos  y  en el otro nosocomio de nombre Honorio Delgado ingresa una mujer embarazada  sana  y  termina contagiada de mortales infecciones  o como lo ocurrido hace unos días cuando el cuerpecito de un bebé (nacido muerto –según ellos-) terminó destrozado dentro de una de sus lavanderías. Es que para estos tiempos debido a los continuos escándalos de los presbíteros no es una buena carta de presentación declarar que uno es un exagerado creyente.
Como muchos otros que en la historia han coincidido el fanatismo con la inoperancia, la actual gestión de Yamila Osorio pasará al recuerdo de Arequipa no  por sus frívolos viajes mientras la Región se encuentra en escombros, sino,  porque constantemente viene negando a miles de adultos mayores su derecho a tener una vejez digna.
Mientras posa para las cámaras con un par de suertudos ex funcionarios retirados de alguna institución pública  ligada a la región,  miles de docentes jubilados cansados y con la boca seca, esperan que la  fiel devota de las iglesias y los santos  facilite la autorización para el pago de su deuda social. Ellos perseveran, sin saber  que en una sombría y púrpura oficina en ese edificio de estilo soviético una “María Magdalena” en un frío cuadro estadístico marcará el número de abuelos fallecidos,  y  porque aún quedan muchos vivos maldecirá y puteará a los cuatro rincones.  Y al  día siguiente dará las instrucciones a la ajada secretaria que indique a los “molestosos” que  “solo se pagará” a los que acepten  perder parte   de su dinero, solo así -recalca-, se les podrá  –quizás- considerar en la lista del mes siguiente. Un virtual puntapié al abuelo y sus esperanzas de creer que esta vez iba  ser distinto, que esta vez sí podría disfrutar después de haber laborado toda su vida recibiendo un sueldo miserable.
Yamila Osorio, después  de salir de la homilía, -a lo mejor-, creyéndose la estrella de telenovelas que siempre soñó, alzará  vuelo en una de sus travesías por el mundo. Los flashes y la prensa como molestosos paparazis pasarán al olvido porque dicen que Río, Madrid  o Toronto siempre serán  buenos ansiolíticos, entretanto,  un anciano menos habrá en esta ciudad de “serranos” que a lo mejor desde niña en su costeña Camaná le enseñaron a discriminar. Un abuelo más se habrá ido, un abuelo que hasta hace unos días con el caminar pausado y sus manos extendidas  rogaba solo un derecho que le correspondía, una dadiva de humanidad, solidaridad y sobre todo respeto que por lo que vemos nunca se encontrará en aquellas personas acostumbradas a las continuas plegarias y liturgias. 

domingo, 5 de marzo de 2017

Antonio Pavón y los caníbales de España


España debió mantener ese matrimonio formado con Portugal en el siglo XVI, fue un efímero gran estado que hubiera equilibrado el poder en ese continente con el  Reino Unido o Francia. 
Proyectos como este, en la historia española, han  caído siempre en saco roto  al  tropezar con unos implacables enemigos, que paradójicamente, siempre han sido los propios españoles. 
Esa élite, clase política y clérigos,  valiéndose de un pueblo extremadamente  cerril y complaciente, han depredado cualquier intento de modernización. 
Precisamente, a un par de esos ejemplares, hoy desgraciadamente, los tenemos entre nosotros, haciendo lo que mejor saben hacer, ese oficio de camioneros de telebasura que colabora en cebar con ese tercermundismo mental a muchos compatriotas.
Estos  últimos años, la patria de Telefónica,   está despidiendo un mal olor por sus continuos retrocesos,  que lo están alejando de esa civilizada Europa,  para parecerse  más a alguna de esas tiranías del Magreb.  
Y esto lo decimos,  a propósito, de cómo se coronó a su último monarca Fernando VI. 
Fue investido como  clandestinamente,  encerrado en un palacio blindado hasta los dientes, atemorizado por unos jóvenes  que afuera protestaban con sus cabezas rotas, muchos de ellos detenidos, pintando así la  investidura de un "antiguo régimen" que hacía agua y que recordaba  la coronación que tuvo María Antonieta en Versalles.
La actual monarquía  no permite lavar  el rostro de España  y su terca política lo está llevando inclusive a su propia desmembración con los intentos secesionistas de Cataluña. Y cuando alguien intenta buscar justicia para las víctimas del franquismo, como el juez Baltazar Garzón,  estos son perseguidos dejando a España junto a Camboya como los países en el mundo con  más fosas comunes dentro de sus territorios.
Lo más triste de este culebrón es que existe un buen número de españoles que no conocen esta realidad o simplemente no les interesa. Son un grupo numeroso que permite que la frustración sea casi su lema nacional. 
De toda esa muchedumbre  que históricamente han consentido este atraso frente al norte de Europa, gracias a la globalización y para la maldición del territorio que pisan, algunos de ellos han logrado cruzar el charco  para llegar al  Perú, no para contribuir con su  desarrollo y progreso, sino, para mantener el atraso en nuestra sociedad. 
Dentro de toda esa gente indeseable,han  destacado dos, como los mejores portavoces de lo peor de España, que quiere decir de Europa. Nos referimos a  Antonio Pavón y un tal Santi Lesmes. Ambos, son fieles representantes de aquellos que en su patria a través del tiempo han canibalizado todo intento de  progreso y, como si no les bastara el daño que han hecho a su país, hoy los tenemos por aquí cumpliendo la misma tarea que hacían allá.  Porque,  cuando abren la boca, solo lo hacen para defender la incultura, el trabajo sucio de la  holgazanería del chisme, los prejuicios raciales, los fundamentalismos religiosos,  y la cobarde y sanguinaria corrida de toros. Inclusive, esa televisión limeña que se asume la letrina misma  inclusive ha dado licencia  para que el tal Santi Lesmes llame "feo" a un  peruano, en su propio país y por las pantallas de televisión a nivel nacional.
Cuántos como  ese par  estarán por esta tierra de nadie  de fronteras que son coladeras, en el que pueden ingresar libremente, asesinos, maleantes de todo tipo, drogadictos,  sicarios de la peor calaña, gracias a los señores de migraciones, que seguramente, tienen firmes instrucciones de algún burócrata influyente,  extremadamente racista e ignorante, con el cerebro congelado en el siglo XIX, que sigue creyendo, que el mejor inmigrante extranjero que necesita el Perú es aquel que sea lo más blanco posible, aunque este sea un criminal, y que de alguna manera sirva para “mejorar" su "disminuida raza". Qué tal hijo de mil putas.    

viernes, 10 de febrero de 2017

Alejandro Toledo y la moral racista

El fujimorismo a infestado como el cáncer las principales instituciones de la república, por lo tanto, todo lo que cavilen  será para minar lo mucho que nos había costado a los peruanos,  como el regreso de la democracia,  y  qué mejor forma de agujerear este neonato periodo que llevando precipitadamente  a la celda  a uno de sus gobernantes.
Era evidente y era de esperarse,  un recio cholo que se atrevió a gobernar  este país de “cholos  avergonzados”  (y esto me cuesta aceptarlo) no podía salir librado así tan fácilmente. Esas élites nunca le tuvieron respeto (y él tampoco hizo mucho para ganárselo).  Todavía  recuerdo la silbatina que recibió cuando  el Caso Zaraí  aún estaba fresco, tuvo la mala suerte de caer en una playa de un  club de uniformados ¿dónde todavía? De nada sirvió su investidura de Presidente de la República  porque para  todos esos socios  que estaban  tomando sol esa mañana  este atrevido merecía  saber que para ellos solo era un cholo que no se diferenciaba del cabizbajo  portero  que al ingresar  les había saludado. Fue abucheado,  burlado e insultado, la excusa: Zaraí. 
Ese mismo comportamiento también lo tuvieron casi todos los peruanos durante todo su mandato, fue negado millones de veces, solo por su rostro. Hicieron  mofa de cada una de sus frases  que utilizó  en campaña y los que de vez en cuando su compañera belga vociferaba.  Jamás fue tolerado, solo tenía que aparecer  el escandalo  preciso  para denigrarlo lo suficiente y así de sus cuatro extremidades mutilarlo políticamente manchando su biografía  exigiendo su detención.  Suficiente para  que quede en la memoria  de esa elite criolla que a ese temerario de fuertes rasgos indígenas que llegó a ser su mandatario ahora lo tienen como siempre lo quisieron ver como el cholo ordinario y  ratero.
El huayco andino es incontenible. Han sido quinientos coercitivos años y por la salud del Perú, el ciclo está  por renovarse. Sabedores de esto, estas  élites racistas y rencorosas  en estos  últimos años con el fin de calmar en el pueblo ese mesianismo  andino,  les ofrecieron  a toda esa muchedumbre agitada un  par de “mesías”  que iban a tener sus mismos rostros (Toledo y Humala) Y los electores por un momento se entusiasmaron  porque  al cabo de cuatro años les convencieron  que una persona de su color y estrato  nunca estará  en condiciones de gobernar. Al final el mensaje era que desistan en buscar un gobernante cholo como ellos,  así que tendrán que conformarse como siempre ha sido, con uno como la minoría que los gobierna siempre, lo más pálido posible.
Como en las películas gringas el primero que muere siempre ha sido y será  el protagonista negro,   aquí también, después que apareció el escándalo de los sobornos de Odebrecht ,  de todos los ex presidentes  el más cholo siempre será la primera víctima, cuando todos sabemos que hubieron peores.  
Toledo perdió el respeto por el mismo cuando llevó su herencia milenaria como siente un turista gringo al ver un suvenir  andino,  y se entregó aquiescente  a toda esa parafernalia  occidental. Nunca fue visto como un ser digno de respeto, porque nunca tuvo identidad étnica, solo se limitó a ser un simple cholo aculturizado. Distinto hubiera sido si se hubiera asumido quechua, pero eso le hubiera hecho  temblar las piernas y sudar frio, mejor un vaso de whiskie  y hablar inglés para mitigar ese encojo.
Para sus mentores en Stanford  siempre fue visto como los dirigentes del Barza vieron al pequeño Messi  en esa villa polvorienta bonaerense,  como un simple “conejillo de indias”  sin arraigo ni identidad y en el que se podía experimentar.
Grandes enseñanzas que nos dejan estos tiempos, el derecho a poseer una identidad étnica base de la autoestima de una persona, en este momento, es privilegio que pocos nos podemos dar en este país, mientras tanto el sentirse marginal de por vida siempre será una de la causantes para caer en el pillaje y la corrupción. 

miércoles, 18 de enero de 2017

Donald Trump y ese nacionalismo

Este viernes juramenta Donald Trump  el nuevo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica y el mundo espera ese momento  en una completa  incertidumbre,  casi comiéndose las uñas. Aquí las repetidoras como el Comercio, RPP, Canal N, La Republica, etc. (en realidad todo el puesto de revistas), se alarman,  como sí  realmente  habrá  algún cambio  significativo en ese  trato que siempre ha existido entre la  superpotencia y sus  vecinos que están al sur del Rio Bravo. Más bien, esta especie de paranoia  ha  servido para  desear  –paradójicamente-   lo que antes era satanizado y visto  de reojo, como el TPP por ejemplo,  que ahora  lo promocionan  como si fuese la única salida  para nuestro desarrollo  cuando hace algunos meses, antes del triunfo del magnate,  –entre otros aspectos-  se lo criticaba por ser muy restrictiva en cuestión de la propiedad intelectual.
Otro de los miedos al nuevo habitante de la Casa Blanca es que haría una administración proteccionista  y de escasa apertura  con el exterior.  Hace unos días una de sus conocidas trasnacionales,  para no buscarse problemas con el nuevo gobierno,  había decidido cancelar un millonario proyecto en un país bananero de mano de obra barata y gobierno corrupto,  para establecer  esa planta industrial ahora en los EEUU y así dar empleo  a más de sus  connacionales.   
En América Latina lo ven casi como el demonio encarnado,  sobre todo cuando lo comparan con Obama (ahora más santo que el mismo Martin Luther King),  sin saber que,  ambos son  cara de la misma moneda.  Y es que esta aversión  ha aumentado  desde que en la reciente  campaña  electoral  el ex protagonista de realitys prometió (y ahora lo ha confirmado) que  construiría  un muro en la frontera con México. Después de ver la decadencia de la sociedad mejicana, sus élites corruptas, sus Thalías  y mari mercedes, sus chavos del ocho, sus analfabetos y fanáticos religiosos que llenan sus enormes templos, su violencia callejera, esa telebasura que llega de Televisa y que aquí América TV  lo difunde desde hace varios años con total impunidad. Después de ver todo esto, no le discutimos a Trump el rechazo que tiene a todo lo negativo  que viene de ese país.
Y lo que nadie habla de toda esta milonga es que en el mundo no veíamos  desde la década de los años treinta del siglo pasado el resurgimiento  de los nacionalismos encabezados por notorios caudillos como en su época lo hizo Mussolini y Hitler. Lo paradójico es que hoy ese renacimiento  se va dar en la  cuna de la democracia y las libertades.   
Por la importancia del esta nación y su influencia en el mundo, seguro que este tipo de régimen no será un caso aislado, todo lo contrario, debe ser el inició de la eclosión de otros regímenes con el mismo corte en otras partes del orbe. No olvidemos  el reciente  Brexit  en Inglaterra y el ascenso de Le Pen en Francia.
¿Y cómo vamos por casa?  Es que no podemos ser ajenos a esta corriente. Cómo no creer en el nacionalismo, pero  no ese “bamba” y risible  que encabezó  Ollanta Humala y sus perdedores, ni tampoco ese nacionalismo que siempre se han apropiado los izquierdistas. Sino estamos hablando de ese nacionalismo positivo  que te hace amar a tu nación, a tu bandera. Que te da sentido de pertenencia y esa  confianza que te insta a   crear industrias y riqueza para que progrese tu pueblo, como es en Rusia,  Reino Unido o en los mismos Estados Unidos. Ese nacionalismo que  rescate esos valores milenarios que están en ese muro Inca, en ese Qhapaq Ñan, en la perfección que se rescata de ese tapiz huari y de esa cultura milenaria que existe desde Caral.

Y si en la tierra del Tío Sam  que es un país joven lo han entendido al elegir  a Trump con mayor razón en nuestra comarca  que posee una existencia milenaria.

sábado, 31 de diciembre de 2016

Santiago Roncagliolo y la carta de un acomplejado



Este año 2016 que se nos va,  nos ha traído un nuevo presidente. No había mucho de donde elegir, al final quedó un jubilado agente de Wall Street  y  la otra intragable opción era la primogénita del que preparó la mesa para el suculento banquete que hoy muchos se están dando.
Y para demostrar que nadie se va de este país  sin antes pagar caro este saqueo, porque aquí nos jodemos todos.  Los sueños  de pasar las fiestas de fin de año nada menos que en alguna exclusiva estación de invierno helvética fueron  rotas  de un golpe cuando la justicia peruana emplazó  a la ex primera dama  Nadine Heredia su inmediato regreso a Lima.
En el exterior el neoconservadurismo se va  acentuando en los Estados Unidos con el triunfo de Trump y este nuevo panorama ya comienza a notarse en su sociedad y sus medios como  la CNN en español y el animismo de Camilo Egaña que el otro día discutía la razón y los valores de la Revolución Francesa.
En la Guerra de Siria el triunfo de Rusia en Alepo solo pudo ser opacado con el atentado de su embajador en Ankara, como también y, coincidentemente,  en nuestro hemisferio, la muerte y los funerales del cubano Fidel Castro y sus homenajes fueron pasados a segundo plano con la caída de un  avión que llevaba a  un humilde equipo de futbol brasileño  que estaba a punto de alcanzar la gloria.
En Venezuela sigue gobernando el salsero Maduro y,  claro,  continúa devastando el país, uno de los más ricos en la zona en recursos estratégicos. Y en Argentina el pelotero Macri persiste en desempolvar  el viejo libreto de Menem.  El resto de países latinoamericanos, salvo Uruguay, no existen. Y Brasil sigue siendo el gigante con pies de barro.
México, se consolida como la tierra de nadie, la Ucrania del continente, decadente, sucio, una letrina, que ni siquiera el quinceañero de una de sus pobladoras  ha podido esconder. 
Aquí en Arequipa (es el nombre de la ciudad que me soporta),  continuamos viendo –con pesar-  como la decadencia occidental  sigue en caída libre; pero a pesar de ello, los peruanos (la  cuarta  población  más ignorante del mundo) sigue manteniendo la ingenuidad de un reciente esclavo liberto, porque persisten  en verse pequeños frente al mercachifle  extranjero como algunos jóvenes escritores que ayudan a legitimar  y hacer creíble toda esta degradación humana.
Con motivo del Hay Festival  (una feria de libros light  y escritores ligeros)  que se desarrolló en esta ciudad del sur peruano,  la BBC, para poder hacer entender a sus lectores algo sobre este país andino, torpemente,  pidieron al escritor Santiago Roncagliolo  que escribiera sobre el Perú pensando en sus hijos (nacidos en España), y el resultado fue una carta en donde, el hijo de militar, demostró un completo desconocimiento de lo que es el Perú milenario,  reduciendo a parte de los peruanos a ser simples y comunes  pobladores que no se diferenciarían mucho de aquellos habitantes que pululan en cualquier arenal de Somalia  o  Angola.
Hay que aclararle al señor Roncagliolo que esta tierra en donde  nació como muchos intelectuales "forasteros” por libre elección, debería de saber que, no todos los peruanos (gracias a dios) no tenemos la cosmovisión  que usted posee y que le hace creer que todo lo de afuera es mejor. Le recuerdo que aquí señor Roncagliolo,  todavía existe gente que se siente perteneciente a una cultura milenaria que en su apogeo, dieron muestras de inteligencia y creatividad, y ahí están sus restos que son evidencias indiscutibles  y  demuestran susa destacados avances. Son esos valores humanos que inspiraron -quizás- a los grandes pensadores franceses que dieron progreso al mundo occidental. 
A sí que no sigas con esos anacronismos huachafos de seguir sintiéndose inferior al foráneo y que lo demuestras con total impunidad  cuando sigues manteniendo esa decadente y soterrada  costumbre  de  intentar pateticamente “mejorar la raza”. 

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...