sábado, 28 de diciembre de 2013

Gian Marco Zignago y el pinche mexicano

A pesar de que los piromaniacos sociales lo ahuyentaron de las redes sociales,  Gian Marco sigue siendo el referente en la música contemporánea peruana. Profeta  en su tierra que dentro de ella ha recibido  muchos  reconocimientos,  colocándolo  -sin exagerar- entre  los más destacados  cantautores  de América Latina  y  hace buen tiempo  merecedor a  ser el protagonista de uno de esos  conocidos Unplugget de  la cadena MTV.  
Cuando Gian Marco pisa cualquier programa de televisión peruano,  se nota su  seguridad dentro de estos, y hasta se le ve canchero. Así es como generalmente lo habíamos visto,  hasta que el otro día lo encontramos  en un programa mexicano.
Ese día estaba con  un semblante y una actitud muy distinta, despertando en nosotros  en algunos momentos las  ganas de gritarle: ¡Sal de ahí y mándalos a la mierda!
Todo ocurrió así. Era una tarde templada y me encontraba recostado cómodamente buscando algo que ver en ese viejo televisor de 14 pulgadas.  Uno tras otro los canales los  pasaba con sus manoseadas y aburridas películas e insoportables realitys. Hasta que me detuvo  un rostro conocido, era Gian Marco.
Después de dominar mi desconfianza porque  tanto canal como  el programa eran mexicanos, tomé  un  respiro y dije: “qué diablos, será por unos minutos”.   
El  programa llevaba como nombre algo como “Show Show” y  lo conducía un pelmazo mexicano de típico rostro tolteca pero seguramente en el fondo queriendo ser los más albo posible, y más gritón y perturbado que la Marta Chávez en su primera vez…en el Congreso  y,  rivalizaba con el mismo  Carlos Galdós para llevarse  el trofeo al mejor rompe huevos de aquella tarde.
Pero, lo que más nos llamó la atención del conductor fue su notoria  hostilidad en contra del cantautor peruano. A cada instante lo interrumpía, no interesaban sus más de veinte años de   trayectoria  en el Perú, porque para este magante azteca era un  total desconocido al que se le podía humillar, obligándole  a  asentir  todos sus gritos y burlas como si el famoso “cara de dedo” fuera un completo aprendiz, un triste simplón sin amor propio implorando una dadiva de atención. Era un gran pelmazo el conductor hijo de puta.
Gian  Marco, estaba inseguro, incomodo, como obligado soportando estoicamente el programa entero y sobre todo ese notorio  maltrato de ese insufrible anfitrión. 
Mientras asimilaba toda esa escena,  me preguntaba: ¿Qué distinto hubiera sido ver otra actitud? Quizás esperar aquella  reacción es que algunas veces vemos en  artistas con  otro tipo de autoestima y que mandan  todo  la mierda y les llega al píloro el contrato y la plata. Quizás una actitud que te ayude a meditar y exigir ¡Carajo! ¿Qué coño hago aquí? ¿Quién coño se cree este payaso extraído de la vecindad del chavo para  bromearme irrespetuosamente haciéndome ver como un verdadero cojudo? ¿Tanto cuesta entrar a este enorme mercado del mal gusto?  ¡Qué puta hago acá! ¡Soy  el que llena estadios en el Perú y se divierte en sus programas de televisión! ¡Y me llega al píloro que sean cien millones de posibles compradores de mis discos y que soporten  la voz de Thalia!. ¡Soy Gian Marco y merezco un  mejor trato, y si no es así, por mí,  se pueden ir todos a la misma mierda!
Nunca sabremos que ideas pasaron por su cabeza durante su estadía en aquel programa. Pero lo cierto es que durante su presentación  se lo vio cabizbajo y disminuido,  con ese conocido  semblante que llevan las empleadas del hogar cuando pisan esas exclusivas playas de Asia repletas de miradas despectivas de unos racistas hijos de puta.
Es que lo que escribo es lo que siento. Cuando se trata de defender mi valía y dignidad  no dejo que me pisen el poncho. De eso puedo jactarme.   
¿Por qué tenemos que sentirnos menos que el resto? ¡Carajo!. He nacido en un territorio que fue cuna de la civilización, los incas dominaron Sudamérica, construimos una maravilla moderna. Todo esto son razones indiscutibles para  no sentirnos menos que nadie  y nos hace tener  los huevos necesarios para  exigir un mejor trato a  cualquiera. La realidad es que afuera y como en cualquier otro lugar, te tratan como quieres que te traten. 


viernes, 6 de diciembre de 2013

Nelson Mandela y el Apartheid peruano

El respeto,  la igualdad de condiciones, la  libertad. Son derechos fundamentales que en este siglo no tienen  ninguna discusión.
Nelson Mandela,  durante toda su vida levantó esas banderas  en su patria Sudáfrica, un estado  creado y dominado por una minoría blanca que insulsos apartaron  a  toda  una mayoría negra. Pero esto no iba durar  eternamente, porque,  no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista; es cierto,  porque esos pueblos anteriormente segregados,  hoy tienen mayor participación en el devenir  de su país de lo que tenían antes de Madiba.
Pero, a propósito. Alguien por estos lares se ha preguntado si existe igualdad entre las distintas etnias que habitan nuestro territorio o es que acaso no hay  un tapado, un encubierto  “apartheid” en contra de determinados grupos étnicos  que no son los denominados  criollos.
Es que es evidente. Cómo aquel turista  ingles que lo notó  y  lo reclamaba  por televisión en esa entrevista al paso, diciendo: “aquí los blancos tienen todos los privilegios”.
Según la CIA, de los  30.000.000 de habitantes que tiene el Perú:   el 45% son amerindios  o como gusten llamarlo (cholo, andino, etc.), el 37% son mestizos, el 15 % criollos;  y el resto lo conforman asiáticos, europeos, estadounidenses  y otras etnias.  Esta es la realidad étnica de nuestro país.
Yo me pregunto: ¿Estarán representadas las etnias no criollas (amerindios y mestizos)  en el manejo de su  país?
Es cierto que en la fundación del estado peruano en 1821,  la participación  de los blancos (criollos) fue fundamental. Pero,  es que esto se debió principalmente porque después de la  revuelta de Túpac Amaru II las autoridades españolas a finales del siglo XVIII  diezmaron a la mayoría de los líderes indígenas y sus familias.
El estado peruano en 1821 fue establecido por los criollos,   y las leyes y normas sociales  que se instituyeron   fueron creadas  con la intención de  superponer a esta etnia sobre las mayorías  amerindias y mestizas.  Eso está claro y es por demás conocido.
Así transcurrió el siglo XIX y XX  y los peruanos hemos sido testigos de los cambios que se  han dado  en el mundo. Todos buscando la igualdad entre los diferentes  pueblos.
Pero, a pesar  de ello en nuestro país esta desigualdad  no ha variado mucho  desde los comienzos de la republica.  Ahora habrá automóviles  y computadoras pero como congelados en un tiempo decimonónico sigue existiendo una clara segregación frente a gran parte de peruanos.
Los pobres en su gran mayoría lo constituyen casi en un  99 %   amerindios y mestizos. Las victimas  en los dos bandos durante el conflicto interno que sufrió el país en las décadas de los ochenta y noventa, casi el 90 %  pertenecieron a la mismas etnias.
Cuando uno ve a  los directivos de las principales empresas (medios de producción) que mueven el país,   todos pertenecen a la etnia criolla. Lo mismo sucede con los dueños de las principales cadenas de televisión peruanas.
Cuando nos encontramos con las principales cabezas  de la Iglesia,  Policía  Nacional,  Aviación, Marina y Ejercito. Todos corresponden a la misma etnia criolla,  o sea,  a ese 15 %  del total de la población del país.
Con estos simples y reales ejemplos, yo les pregunto: ¿No existe acaso  una especie de Apartheid en contra de la mayoría de peruanos?
¿Cuánto más todavía falta por recorrer  y  tropezar,  para que nuestro estado  se modernice y modernice a toda su sociedad,  buscando con esto  la verdadera  igualdad  entre todos sus habitantes?
El  Perú debe evolucionar siguiendo el ejemplo de otros pueblos, para así tener una sociedad más unida, igualitaria y sobre todo sana. O es que  todavía en estos tiempos,  ese 15 % de criollos,  sigue creyendo como en 1821 que son una “raza superior” y que el resto de peruanos:  amerindios, andinos  o cholos, juntos con los negros y el resto de etnias no criollas,  somos todavía salvajes e inferiores.
Pero,  lo cierto es que si en Sudáfrica  se han dado esos cambios,  es porque todavía en ese país el negro se atreve  a decir que es negro; en cambio aquí, en el Perú,  la aculturación ha sido feroz,  y en pleno siglo XXI y con los avances de la ciencia y  los progresos en materia de derechos humanos: el indio no quiere ser indio, el negro no quiere ser negro y todos ellos venderían su alma al mismo diablo por ser blancos. Esa es la purita verdad.

sábado, 16 de noviembre de 2013

¿La música criolla en decadencia?

La música criolla se encuentra en decadencia porque  las etnias  que constituyen  la  mayoría de población  de la capital y de otras partes del Perú en las últimas cinco décadas han variado sus costumbres.
Este género musical nació en la ciudad de Lima a  comienzos del siglo XX como el desarrollo de una manifestación cultural de sus etnias predominantes (criollo, zambo y negro). Los criollos, como era común  en esos años, importaron  a nuestro país ritmos y nombres centroeuropeos (Vals y polka) que mezclados con los compases locales (afros) completaron lo que vendría a ser llamado música criolla, el mismo nombre que también llevaba  coincidentemente  la etnia que mantenía el poder político, económico y cultural en el país de aquella época (y que creo todavía sigue manteniéndolo).
Entre las décadas de los años veinte y sesenta  del siglo pasado,  este género de música  alcanzaría   su mayor apogeo, manteniéndose después casi como una imposición de parte de casi todos los medios de comunicación. 
Como su nombre lo indica esta música representó desde su origen y durante muchas décadas  los sentires de la etnia criolla y su ambiente africano y  con la ayuda de los medios de comunicación se fueron imponiendo al resto de la  población de  este país. Peculiaridad que no sería eterno porque cambiaría con el correr  de las décadas ya que a mediados del siglo XX  se va dio inicio a una enorme migración del campo a la ciudad  y  particularmente de los territorios andinos  a la ciudad  de  Lima, urbe que sería ocupada por una numerosa  población  mayoritariamente compuesta por  indígenas  y mestizos.
Conforme esa nueva población  se iba asentando en la urbe limeña,  también sus gustos y costumbres traídos de los andes se irían estableciendo dentro de la ciudad que fundó Pizarro. 
Fue así que la música criolla, es decir, aquel género fruto de la convivencia del blanco, el zambo  y  el negro,  ya no tendrían representatividad en el nuevo panorama étnico de la capital,  ahora poblada mayoritariamente  por indígenas y mestizos de origen andino.
El nuevo poblador limeño representado en su gran mayoría por estas etnias (quechua mayoritariamente)  no se sentirán  representados ni por el nombre ni  los ritmos de aquel género que alegraba tanto a Pinglo. Por estas razones  es que comienza la decadencia de este género criollo a la vez que se va acentuando en el gusto popular otros ritmos.

Es que el Perú sigue evolucionando lo cual incomoda a muchos sectores conservadores  que aun sueñan con esa pesadilla que regrese y se quede oara siempre ese país de Odría y Belaúnde, con su fallido intento que de crear un país en donde se respeta la democrática y  la real diversidad existente.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Perú y Brasil, alianza estratégica y núcleo de la UNASUR

Como nunca antes ha ocurrido  en la historia de los pueblos del subcontinente sudamericano,  Brasil, la sexta economía del planeta hoy se muestra más  autónoma en sus decisiones y proyectos sobre todo respecto a EEUU.
La influencia brasileña ha crecido en los últimos años no solo en Sudamérica sino también en el resto del mundo. Por lo tanto su presencia es indiscutible en el concierto internacional y este se acrecentará  -a pesar de la molestia de muchos- con el correr de los años.
Un reflejo de todo esto fue la última reunión de los países iberoamericanos realizada en Panamá, en el que un buen número de mandatarios latinoamericanos no asistieron. Dieron muchas escusas. Pero la principal razón de su ausencia fue que esa cumbre para ellos había perdido importancia ya que su principal promotora España,  se encontraba eclipsada por una  crisis que le ha traído como principal consecuencia el declive de ese peso en el ámbito internacional que  en la década de los años noventa  le sirvió  para promover la realización de esta cumbre que reunía a los países iberoamericanos  de ambas orillas del Atlántico.
Pero hoy tenemos un distinto panorama,  porque  ese vacío dejado por España ha sido cubierto con  la asunción de la nueva potencia Brasileña.
Y en ese nuevo escenario creo que Brasil  ha comenzado  a  asumir con madurez ese liderazgo y con él el papel de principal promotor dentro de los  países sudamericanos para hacer más viable  el objetivo común que es la unión de nuestros pueblos.
En ese camino el Perú juega un rol muy importante. -Como podemos observar en el mapa-,  el territorio peruano es la salida natural del gigante sudamericano. Por lo tanto, nuestro país está obligado a buscar mecanismos que estrechen  más los lazos de amistad y  cooperación con esa potencia.
Brasil y Perú guardan muchos aspectos similares. No solo comparten el extenso espacio amazónico si no también cuentan con poblaciones multiétnicas.
El Perú debería junto con Brasil buscar conformar el núcleo que sirva para la UNASUR como  en su momento  sirvieron Francia y Alemania para hacer realidad la Unión Europea.
Es el camino histórico que no se debería dejar pasar. 

sábado, 9 de noviembre de 2013

La Republica Fujimorista

El presidente que sucederá a Ollanta Humala, o mejor dicho, la mujer que asumirá el cargo de primera mandataria del país el 28 de julio del 2016 será la señora Keiko Fujimori.
No me pregunten cómo obtuve esta información, pero solo les diré que me lo enviaron a mi correo hace unos días en forma de spam, firmado por un tal Snowden.
 La hija primogénita del ex presidente Alberto Kenya Fujimori Fujimori, finalizará un periodo en la historia del Perú denominado: “La Republica Fujimorista”, el cual se dará  inicio a finales del siglo XX cuando el ex ingeniero agrónomo asumió el poder en 1990 y continuará con otros rostros hasta el año 2021.
 Dentro de este periodo se sucederán en el gobierno del país los siguientes mandatarios: Alberto Fujimori Fujimori (1990-2000), Valentín Paniagua (2000 -2001), Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011), Ollanta Humala (2011-2016), Keiko Fujimori (2016-2021).
 Este espacio de tiempo que abarcará  tres décadas, llevará el nombre de “Republica Fujimorista”, porque,  si bien en el papel,  se sucedieron varios gobernantes, en la realidad, los distintos mandatarios desde Alejandro Toledo hasta Keiko Fujimori en esos treinta años, no harán cambios significativos en el aspecto económico, político, social y sobre todo en  los métodos y formas de gobernar que instauró Alberto Fujimori a partir del autogolpe del 5 de abril de 1992.
Esta larga época en la historia de nuestro país se va caracterizar en los siguientes aspectos:
En la parte económica, la Republica Fujimorista se va identificar por la implementación en el país del modelo económico neoliberal. Sin mayores cambios, este modelo convertirá al país dentro del mercado mundial en un mero exportador de materias primas. Por estas razones el crecimiento será moderado y endeble debido a la excesiva dependencia a los precios siempre inestables, en este caso, de los metales. La estabilidad económica se mantendrá gracias a la reducción de salarios de los trabajadores y a una rígida política fiscal caracterizada por la disminución del gasto público, brindando el estado un deficiente servicio a la población en los sectores de salud, educación y seguridad interior. El incremento de la inversión extranjera se dará sobretodo en la minería. La retribución de estos grandes conglomerados al erario nacional será poco comparado con otros países de la región (caso Chile) por lo cual su aporte no alcanzará lo suficiente como para sacar al país del subdesarrollo.
En el aspecto social, el crecimiento económico en el Perú desde Fujimori (padre) será de marcada inequidad. Por estas razones solo lo disfrutará una parte minoritaria de la población ya que sobre las espaldas de la gran mayoría caerá el peso de este rígido modelo económico. Incrementándose de esta forma la injusticia social y con ella la violencia urbana, junto con la sobrepoblación, crecimiento desordenado y el hacinamiento de sus principales ciudades. Lima metropolitana y la costa norte peruana será tomada por el sicariato y el narcotráfico llegando a asemejarse a Ciudad Juárez en México y a la misma Colombia. La reducción de la pobreza será lenta estancándose en alrededor del 30 % de la población.
En el aspecto cultural, los medios de comunicación serán monopolizados por grupos conservadores y partidarios del régimen. Tanto la radio, la televisión como la prensa escrita difundirán a la población como en las mejores épocas de Alberto Fujimori grandes dosis de información de la farándula limeña, sirviendo como “cortinas de humo” para tapar los grandes escándalos de corrupción que se presentaran en los distintos gobiernos.
En lo político, la herencia del fujimorismo hará que las instituciones del estado sigan siendo débiles e ineficientes. Los partidos políticos seguirán perdiendo credibilidad dentro de la población y la institucionalidad de estos será cada vez más endeble, fortaleciéndose así dentro de ellos el caudillismo. La clase política estará inmersa en grandes escándalos de corrupción.
En el aspecto internacional será marcada la influencia estadounidense. En ese ámbito se intentará por todos los medios afianzar la alianza del pacífico. Pero al final caerá en un rotundo fracaso porque en la realidad entre sus miembros había mucho más razones para separarse que motivos para mantenerse unidos.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Albert Camus y el extranjero




Quizás son  muchos los conocimientos  y las experiencias que uno acumula desde temprana edad, algunos,  seguramente, serán olvidados,  pero, otros,  por su valor formativo  quedarán mucho más tiempo,  sobre todo, aquellas  enseñanzas extraídas de  la obra de ciertos autores aun vigentes que llegan a influenciar tanto que te trazan el camino que recorrerás el resto de tu vida.  
“El extranjero” nos ayudó a conocernos aun más,  cerniendo actitudes y pensamientos.  Es que,  cómo no sentirse  forastero en medio de esta comarca tan conservadora  y devota.  Y, cómo no comparar el día a día de toda esta sociedad con las penurias de un  recluso  cercado por la censura religiosa y corruptela, como aquellas  gentes descritas en  “La Peste”.    
Fueron estos libros que me entusiasmaron para crear y escribir en esta bitácora.  Es gracias a  la  obra de Camus que hemos  encontrado fundamentos racionales para ser cada día un hombre mejor, uno  más comprometido con la ética,  el respeto a la humanidad  y  diligente  guardián de la libertad y enemigo confeso de  todo tipo de censuras y tiranías.
Es que parece que compartiéramos el  mismo asfixio de vivir en una ciudad calcinada por el sol del desierto y oscurecida por temporadas, no por las tormentas de arena del sahara, si no, por algo peor, la huachafería hispanofila y el fundamentalismo religioso de su arzobispo y de muchas de sus gentes. Esta urbe sofocante se hundiría en este infierno si no fuera que la ciudad y yo, renacemos una vez al año  con las temporadas de lluvias. 
Si no caen en esas decadencias anteriormente nombradas, esta población sencilla se vuelve amante  de la libertad y la tolerancia, porque estan conformados mayormente por inmigrantes honestos y laboriosos o descendientes de estos, que deben de parecerse en algo a esos Pieds noirs  de tus orígenes.  
Volviendo a la "Peste", esta comarca andina está infestada por plagas de roedores como la ficticia  Orán,  pero con una pequeña diferencia, en estas ciudades peruanas las ratas caminan en dos patas y usan saco y corbata y la gran mayoría llegan a ser alcaldes, parlamentarios  y hasta  presidentes, en cuyos curtidos lomos trasladan  pulgas que trasmiten una terrible pandemia de pillaje y  mediocridad y subdesarrollo.  Estos  seres sin ética,  -como bien lo decías-  están  convertidas en  bestias salvajes sueltas en este mundo, depredando  y destruyendo  todo aquello que se les cruce  en el camino. Siendo los grandes responsables  de que al país le espere un absurdo destino de  corrupción  y  atraso.
Cuan necesaria hoy es la obra de Albert Camus  para esta sociedad  sometida  al antojo de poderes que los vuelven frívolos y consumistas como en el ocaso del mundo romano, en donde,  solo prospera la religión y la mafia.
La educación que se brinda es una de las peores del mundo.  Por consecuencia  tu nombre y tus obras serán desconocidos para  la gran mayoría de  universitarios  y los estudiantes de las escuelas secundarias, cuyas aulas se caracterizan por la escasa presencia de diccionarios,  pero eso sí,  abundan regados por el suelo, una enorme cantidad  de biblias.
Aquí la mayor parte de colegios públicos son manejados por directores analfabetos, salvajes y corruptos sumidos en una completa barbarie que les impedirá proponer la lectura de alguno de tus libros. Por otro lado están los colegios privados y "prestigiosos",  instituciones manejadas en su gran mayoría por ignorantes y miserables mercaderes que desconocen absolutamente  el  nombre de Camus. También existen los numerosos colegios religiosos  manejados por las integristas congregaciones católicas sumidas en los tabúes medievales cuando prohíben la lectura de tus obras por considerarlos “subversivos”, solo porque presumen que podrían desencadenar en ese ávido lector la "peligrosa" libertad del pensamiento.  





viernes, 1 de noviembre de 2013

La trilogía del mal


Ya lo habíamos avizorado en el año 2013 y los plasmamos en un simple dibujo. Le pusimos el título de la Trilogía del mal. Fue como una premonición de los tres personajes responsables de los principales males que hoy sufren los peruanos.

Solo faltaba ponerle el texto a ese bosquejo.

Si algo les une a estas tres celebridades es que, pusieron sus intereses personales sobre los intereses del Perú.  

El primero que hizo su aparición fue Abimael Guzmán.

Soy arequipeño y conozco de esta ciudad todos sus rincones e identifico el perfil de sus gentes solo con verlos, como algunos izquierdistas que destacan por ser ágrafos,  supersticiosos y charlatanes casi como un pastor de iglesia cristiana. Son muy racistas e hispanófilos y se ahogan en un mar de prejuicios. También son muy ambiciosos y apresurados, sobre todo, cuando buscan la vía más rápida para enriquecerse, no interesa si en esa senda hipotecan al país y a sus habitantes, es que están llenos de odio y aprovechan el mínimo motivo para atizar la hoguera, volviéndose los mejores mercenarios para integrar cualquier cédula terrorista, si la paga es buena y en dólares. Son los mejores en esto. De ese nido ideológico salió el que la prensa hizo famoso con el alias de “Camarada Gonzalo”.

Luego vino, Alan García. Típico palangana. Sus casi dos metros de altura le ayudaban a imponer su perorata a punta pies y cachetadas. Dentro de su mundo esquizoide, estaba sobre el bien y el mal, y la existencia de la corrupción estaba  en discusión. Para él era una forma de vida, era su habitad, como muchos en el Perú. Estaba prisionero de sus miedos y era altamente supersticioso casi animista. El sistema le dio una segunda oportunidad para dirigir al Perú, poder que utilizó solo para beneficiar a los ricos y tener del cuello a las clases trabajadoras. Dejó dos monumentos que lo representarían. El primero, le trajo muchos problemas cuando enloquecido por tener de nuevo poder, las odas de los presbíteros le distrajeron mientras cargaba las andas del Señor de los Milagros, cometiendo el error de mandar a construir el Cristo de Odebrecht.

El segundo, fue el Estadio Nacional de Lima, un claro ejemplo de como se despilfarra los ingentes dineros del Estado, sobrevalorando las obras como ocurrió con  el Coloso de José Díaz que costó casi el doble que la remodelación del Luzhniki Stadium. Solo basta comparar cómo quedaron ambas infraestructuras deportivas después de ser remozadas. El de Lima quedó ínfimo y tercermundista y el de Moscú es uno de los más modernos del mundo.  Alan García dictó catedra para afirmarnos que la corrupción es uno de los principales causantes que nos hace mantenernos eternamente ignorantes, subdesarrollados y pobres.

Alan en 1989 apoyó en la campaña electoral  para que triunfara el tercer jinete del apocalipsis peruviano  Alberto Fujimori. Como ya se sabía, al Perú se le tenía que implantar el neoliberalismo, claro que, previamente seria aturdido con un agresivo e inhumano shock económico. La discusión solo se limitaba a cómo se implementaría, podía hacerse con anestesia vía Mario Vargas Llosa o como al final se hizo,  a patadas y represión con esa dictadura que luego desencadenaría todos los problemas que hoy arrastramos los peruanos, desde el grupo de Velarde, Keiko y sus 'creaciones" izquierdista oportunistas y demagogos, la prensa basura con la Mónica Delta como principal rostro y los numerosos fascistas antropófagos que se deleitan con la carne india y que están  pululando en el Congreso y en todas esas agrupaciones paridas dentro del fujimorismo, acciopepecismo y aprismo.

Estos tres personajes representan todo esto. Son el triunvirato del subdesarrollo peruano que nos ha tocado ver.

Alan García se suicidó, y a Abimael Guzmán hace unos días lo cremaron. Solo falta Alberto Fujimori.  Pero. esta tragicomedia no crea que acabará con estos tres personajes porque tienen proles y escuelas activas, así que, como este tipo de matarifes llegarán otros para cumplir su mandato que consiste en presionar con fuerza ese garrote a los peruanos.  

martes, 29 de octubre de 2013

Plaza de Acho y el templo de la tortura


Parcializado,  el conductor del noticiero  de  RPP Armando Canchaya  que algunas  veces  hace de acólito del Cardenal Cipriani,  intentaba  con  todos los medios posibles inculparle al director nacional de la Organización  Perú- anti taurino por los desórdenes producidos  en los alrededores de la Plaza de Acho. En vano resultaron sus patrañas  porque hagan lo que hagan estos conocidos conservadores  y  fanáticos del  oscurantismo  nunca podrán ocultar lo deplorable  que se ven  estas  corridas de toros en su  oprobiosa catedral la Plaza de Acho.
En ese templo sangriento se incuba una  costumbre que la gran mayoría de connacionales no comparte. Una infausta tradición foránea que corrompe al peruano con una  primitiva violencia sobreviviente  de  esos extraños matatoros que se han congelado en el tiempo desde las  épocas de Felipe V cuando se aseaba un par de veces al año  y  sus siervos convivían con ratas que saltaban de las  cloacas que discurrían frente a sus viviendas. Fueron esas pestes y actitudes que dieron origen a este rito sádico conocido como las Corridas de toros.  
Es triste conocer el tipo de ser humano que asiste a este matadero que lleva el nombre Plaza de Acho. Esa “gentita”  junto  a  sus “barras bravas” abarrotan sus  antiguas graderías de un  recinto construido para que este tipo de público goce  de un show en el que  un animal dopado soportará  un  prolongado martirio.  
La plaza  de Acho es la mejor escuela para que los más  jóvenes asistentes, al  ver  semejante espectáculo,  aprendan didácticamente cómo aprovecharse del débil y hacer de la cobarde trampa en el futuro cercano uno de sus más seguros métodos de dirección dentro de una familia una empresa y hasta de un país entero. Todas estas enseñanzas estarán bien ilustradas con  cada clavada de los arpones del  banderillero en el lomo  lacerado del astado. Mejor formador de personas violentas no habrá. Futuros luchadores del puñete furtivo de ese que te ataca cobardemente escondiéndose dentro del grupo.
También están aquellos inocentes espectadores obligados como esos niños poco viriles que son llevados a rastras por sus brutales  progenitores con el fin de intentar quitarles esos ademanes  viendo semejante  matanza y los enormes charcos de sangre.
Igualmente asisten a esta plaza genealogías exclusivas muchas ágrafas y de mal gusto que siguen relegando de sus existencias a nuestra  milenaria y autóctona peruanidad,  en su lugar adoran una anacrónica hispanidad que  como bien lo dijo  Pérez Reverte: “deja mucho que desear”.
También es evidente la influencia  política y económica de los que organizan estas grotescas diversiones, ostentan  tal  poder, que  reprimen con total libertad a todo aquel anti taurino que ose acercarse a ese sucio matadero para reclamar  el fin de esa tortura bárbara. Sus tentáculos de estos potentados aficionados intentaron ensombrecer hace dos días una marcha pacífica con sus infiltrados jugando a una torpe operación de falsa bandera. Pero en esta época  no existe  poder  y escusas suficientes  ni represión y censura que pueda  acallar el clamor  de un pueblo peruano cansado de ver tanta sangre, porque la  violencia desatada durante   las sombrías épocas del Conflicto  Interno los agotaron. Las pupilas de nuestros compatriotas se saturaron  con las imágenes de esas más de cien mil víctimas junto a los  sobrevivientes llevando en los brazos a sus familiares ensangrentados entre los escombros de Tarata. Les bastaron  las numerosas fosas comunes  atestadas   de osamentas de niños y mujeres  y los cientos de cadáveres de campesinos y sus infantes hijos apilados que recordaban al terrible  holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial.

Ha sido suficiente para este pueblo peruano toda esta brutalidad como para no quedarse con los brazos cruzados y exigir firmemente que acabe de una vez  toda esta continua apología a la violencia que se hace impunemente desde este templo de la tortura conocido con el nombre de Plaza de Acho.

martes, 15 de octubre de 2013

Jean Pierre Magnet y el peruano del bicentenario

Quiero que quede claro algo. Porque algunos visitantes a esta bitácora, después de leer algunos de mis artículos, se han encrespado tanto,  que no han visto mejor forma de acompañar sus comentarios  con  no pocos insultos  que –obviamente-  me he dado  la libertad de no publicar. Llegando incluso  a acusarme de mantener en mis diatribas  una cierta superioridad racial de tal y de cual.  Nada más absurdo. Porque desconocen   lo que verdaderamente  busco  cada vez que me pongo a teclear, que  es intentar poner las cosas en su sitio. Porque  en esta tierra de analfabetos e ignorantes,  algunos en su  paranoia se crían con unos  prejuicios tan cojudos por labriegos y medievales, ocupándose  el tiempo inútilmente en competir con el otro por quien posee la piel menos oscura o los apellidos  o la ascendencia  menos indígena. Llegando los mas asnos   -con el perdón del équido-  a despreciar  todo lo que signifique andino. Ridícula sinrazón.  Porque a estas alturas sabemos que para ser el mejor imbécil no necesariamente tienes que ser blanco, negro, indio o amarillo, ya que durante estos  más de cien mil años el homosapiens se ha mezclado tanto  que hoy por hoy hasta el mismo término “raza” se encuentra  muy discutido. Esto es lo real y  el resto es solo ignorancia. Nada más. Entonces, que quede claro, si de alguna “raza” soy fanático,   esta quizás sea de la Holstein, sobre todo sin dan  buena leche.
Nuestra cultura andina no la veo  como  los rezagos  de  una población degradada,  sino con la perfección que se ve en la piedra de los doce ángulos,  las líneas de nazca  o los textiles paracas. Es lo que intento rescatar. Y  si sobresalgo lo andino en mis artículos  es  producto de rescatar y trasmitir estos valores antiquísimos que de igual forma  resalta la comunidad científica internacional: una cultura milenaria, la cuna de la civilización en el planeta, creadores de una maravilla moderna y del imperio más extenso, y que dieron nacimiento a  estadistas como Pachacutec considerándosele  a la altura de Napoleón y Alejandro Magno. Con semejantes hechos concretos y tangibles,  hay que ser un verdadero imbécil u obtuso ignorante  o un estúpido prejuicioso para no aceptarlo y difundirlo dentro de la  población, sobre todo cuando estas gentes  no encuentran razones coherentes como para comenzar a levantar la cabeza y mirar al horizonte de manera más auspiciosa. Y ayudar en algo para formar una sociedad más sana y con gentes que  al mirarse al espejo se sientan aliviados con lo que ven  y no como ocurre ahora, seres insatisfechos  añorando ser otros. Disminuidos que se desenvuelven en  entornos decadentes llenos de caos,  corrupción, violencia, frivolidad,  vacío consumista, aculturación, depresión, stress, y una visible  crisis de valores en general.
El aliciente para seguir con esto,  es encontrar gentes progresistas que ven al Perú y los peruanos de manera distinta. Superando todo tipo de prejuicios encuentran  grandiosidad en lo que  para otros enceguecidos puede   pasar desapercibido. 
Uno de ellos es Jean Pierre Magnet. Aquel día la Ciudad Luz  fue testigo de su arte y como antesala fue presentado como se merece un artista de su talla. En  esa entrevista el reconocido músico dio  en pocas palabras un gran ejemplo de  cómo debería pensar un peruano en el siglo XXI.  Sin haber nacido y crecido en los andes  como Augusto Polo Campos, Chabuca Granda o el mismo congresista Yohny Lescano. Jean Pierre Magnet, sin complejos o prejuicio alguno, declaraba sobre la música andina, cómo la apreciaba y la entendía, afirmando  que de todas las culturas conocidas y los sonidos disfrutados y después de haber experimentado con tantos estilos,  con el que más se identificaba y se sentía cómodo era con las melodías que provenían de los Andes, porque con estos sonidos podía expresar mejor sus sentimientos y emociones.
Con cada pregunta del acreditado francés,  reafirmaban a un Jean Pierre Magnet  cosmopolita y sensato y gran entendido del arte que ejecutaba.

Que distinto es el peruano que forma su identidad nacional a partir del conocimiento de la transcendencia de una  cultura milenaria. Mira de frente, sin ningún complejo. Sin rasgo alguno de inferioridad  se para frente a un francés, alemán o americano y se distingue de ellos con horizontalidad, y estos, lo escuchan y lo respetan.  Un gran ejemplo dio el notable músico en aquella entrevista  de lo que debería ser el propósito y la autoestima de ese  futuro peruano del bicentenario. Que distinto seria que esos infames que pueblan la Plaza de Acho los meses de octubre pensaran así, este país tendría definitivamente  ese par de huevos bien puestos.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Congresista Hugo Carrillo Cavero y los ignorantes de mierda


Para esos hijos de puta de derecha o de izquierda, no hay atentado más grave y doloroso que enfrentarlos con su parte indígena.  Ni el maoísmo de Abimael Guzmán ni el extremismo religioso de Juan Luis Cipriani son tan  agresivos para estos testarudos tercermundistas envueltos en la más exagerada ignorancia y los prejuicios raciales que  pedirles que interioricen e intenten comprender algo de la cultura andina que es sinónimo del país que estos idiotas habitan, primero conociendo sus idiomas nativos como el quechua o el aymara, pero no como un desprejuiciado turista,  sino como un estúpido y desmemoriado  ser humano que ha olvidado que sus abuelos y ancestros que se asentaron en esta Lima,  vinieron de algún lugar de los andes a partir de la segunda mitad de siglo XX y que siente un terrible escalofrío en todo el cuerpo y sus piernas tiemblan y siente desvanecerse de solo pensar que parte de su ADN tiene contenido amerindio.
Solo bastó el proyecto de ley propuesto por el congresista Hugo Carrillo que busca establecer el quechua y el aymara como lenguas obligatorias en las universidades públicas y privadas de todo el país, para que eclosionaran las voces opositoras, que nacen desde un  recóndito enfermo y traumatizado de complejos de inferioridad y que exteriorizan con esa  innata aversión  a todo lo andino.
Es que estas gentes me causan repulsión porque son los culpables para que  nuestra sociedad  no avance ni evolucione. Ocupan distintos cargos,  pero son en estas ocasiones que se hacen presentes estos aburridos burócratas. Ociosos cuando se trata de limpiar a nuestro país del pensamiento subdesarrollado. Egoístas que no les interesan la autoestima colectiva ni el sentido de pertenencia. Vulgares ágrafos y ministras de pacotilla que deforman desde una óptica limitada y prejuiciosa.
La enseñanza de los idiomas primigenios no hay discusión en Irlanda, España o México pero aquí en este país manejado por una minoría de salvajes prejuiciosos se oponen con total descaro. Todos provenientes de la capital más acomplejada, fea y cobarde de Sudamérica. Cobardes opositores como una agitadora Hippie de nombre Sigrid Bazán que seguramente se asume izquierdista pero en el fondo es una  caprichosa y contradictoria niñita de clase media y que tiene el importante cargo de presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Lima. Otra que se opone es la ex ministra Gloria Helfer, burócrata estéril  que no hizo nada por la educación de su país claro que quizás por el hecho de poseer un apellido nórdico cree que es motivo que le impide conocer idiomas andinos.
Y otro académico timorato de la realidad que lo circunda es el conocido  Leon Trahtemberg ya que cree que por solo saber matemática y comprensión lectora los futuros ciudadanos serán solidarios y  respetarán  y cumplirán  las normas  y las leyes de su sociedad, limitado  concepto que desconoce totalmente por qué el neoyorkino y londinense  respeta la luz roja. Ni que decir de la oposición de los que habitan las redes sociales en su gran mayoría analfabetos funcionales que se preguntaban por qué deberían  aprender una lengua que quizás nunca utilizarían. Da ganas de gritarles a estos necios ¡Para formarte un sentido de pertenencia y en el futuro tus degenerados hijos  no fracturen  una piedra inca con una grúa mientras estén  filmando un puto comercial, idiota! 

Y el tristemente célebre congresista Yohny Lescano que sigue llevando sobre su espalda desde niño ese pesado complejo de ser un hijo de Puno.
Pero, la verdad es que si nuestra sociedad tendría los logros de Noruega y Suecia el quechua y el aymara no solo seria enseñado en las universidades peruanas si no también seria obligatoria en todas sus escuelas. Esa es nuestra realidad, una distinta totalmente, desgraciadamente muy distinta. 

sábado, 21 de septiembre de 2013

Madrid y el esputo del japonés

Por más que he intentado verlo por completo y  a pesar  de las marcas mundiales y todas esas disciplinas deportivas,  lo que siempre  me ha interesado de los juegos olímpicos de verano son las ciudades  que hacen de sedes y sus  anfitriones. Las construcciones, sus costumbres y el espíritu de su población que muchas veces es el reflejo del país entero,  me ha llamado más  la atención  que  la competencia en sí.
En un momento,  creí  que una de las candidatas era Buenos Aires,  -hubiera sido interesante-  pero, la capital argentina solo era el lugar en  donde el Comité Olímpico Internacional  se reuniría para tomar la decisión de cuál sería el nombre de la urbe que albergará los juegos olímpicos del 2020. Como candidatos  estaban Estambul  y  sobre todo Madrid. Al final, el resultado  fue frustrante,  porque el COI optó  por los menos interesados en esta competencia,  desechando  una vez más a la capital española.
Aún recuerdo ese 1992, cuando pensaba que  por fin habría una olimpiada hablada en nuestro idioma. Pero,  esa bisoña ingenuidad terminaría rápidamente cuando el narrador  comenzó  a transmitir la competencia con un indescifrable catalán. Seguro se debe a lo mismo de siempre, porque como para todo en este mundo el dinero es lo que manda, el COI tampoco no da puntada sin hilo y no pone en  riesgo ni un solo centavo y como sucedió con Londres, vuelven a la misma opción trillada y aburrida de repetir el mismo plato, empalagando a los espectadores al nombrar como sede  a la capital japonesa. No encuentro comparación. Madrid, una ciudad tan variada y con todos esos colores y olores,  aderezos que la hacen tan interesante. Imperfecta algunas veces,  pero al final cómoda y hogareña.                                                       

Y mi rechazo por Tokio no se debe a  Fujimori, sino que desde el automóvil  escuchaba los escandalosos chillidos de un personaje de ojos rasgados y con el rostro tan despintado como el  papel bond. Bajé el volumen de la radio para identificar su  idioma, porqué podría ser nipón, coreano o chino, pero esos sonidos fonéticos,  oídos también en la NHK, sin lugar a dudas,  era un japonés, y  hablando por celular. La verdad es que tenía  una pinta y unas maneras que le hacían parecer un indiscutible integrante del jakuza. Sucio y vulgar. Ruidoso,  almacenaba esputo desde  su  guargüero y escupía continuamente al piso como queriendo llamar la atención del  respetable para que observen  como se cagaba  en esta tierra tercermundista y pobre. Este indeseable era uno de los tantos asiáticos que habían venido a esta ciudad con motivo de una conocida convención minera.  Mientras observaba esa grosera soberbia de aquel grupo amarillento  y singular muestra del país del sol naciente,  me preguntaba: estos son los  que te van a dar la bienvenida en esos futuros  juegos olímpicos. 
Qué  aburrida monotonía nos espera,  los  mismos fríos y estólidos anfitriones y espero que no todos tengan las poses e insolencias  agresivas de aquel “ponja” hijo de puta, quizás el ejemplo de un Japón opacado  por su eterna antítesis, la enorme sombra china.  Con semejantes especímenes, ahora entiendo porque los gringos optaron por las dos bombas atómicas para someterlos.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Manuel Burga 8 – Fútbol Peruano 0

Se acabo el cuento. Duró mientras pudo. Eso de alargar la vida de un enfermo terminal les sirvió a toda esta prensa miserable liderada por Gonzalo Nuñez y Eddie Fleischman, casi hasta el último partido de estas eliminatorias. Se tuvo que llegar hasta este dramático final  para que estos lameculos se atrevieran a decir por las pantallas lo que hace un año ya estaba cantado por los puntos claves perdidos en casa. Y la buena campaña publicitaria durante estos dos años dio sus frutos,  porque  el Estadio Nacional estaba repleto y  la afición  creía ciegamente que había aun esperanzas. Pero,  la fiesta termino muy mal, porque unos  mercenarios,  haciendo de árbitros,  colaboraron para ello. Porque, es cierto,  también que,  para el negocio de la FIFA le conviene mucho que Uruguay esté en Brasil 2014.
Anoche una enloquecida  y defraudada hinchada por la impotente ira desbordada  buscaba culpables. Y de ello no se salvo ni el propio presidente.  Pero,  quién es el verdadero causante  o los culpables para que la afición  sufra tanto con otra eliminación más y para que el balompié peruano se encuentre en esta deprimente situación. Lo cierto es que si el fútbol peruano se encuentra con este fracaso  se debe sobre todo a los que lo manejan, que son esos conocidos e intocables dirigentes. Porque ellos  durante todos estos años no han podido sacarnos del fondo de la tabla. Este fracaso es provocado directamente por sus malos manejos.
Es que esta historia se repite desde la pasada era Delfino. Cada eliminatoria es un drama: primero para elegir el técnico y luego para que el hincha se trague  nuevamente el triste final de una eliminación.  Anoche los abucheos,  las botellas de plástico y líquidos extraños cayeron sobre la cabeza y  los rostros de varios en el estadio, pero  a  los verdaderos culpables no les tocaron ni un pelo. Estos estaban a buen recaudo.
Durante la década de los noventa Nicolás Delfino Puccinelli  y toda su torpe gavilla llevó al fondo de la CONMEBOL al futbol peruano. Fatigado de esto, le heredó el mando a su preferido: el intocable e inamovible Manuel Burga Seoane, cuya gestión sigue manteniendo una liga  local muy mal organizada  con equipos y selecciones que se pelean por ser los peores y van de fracaso en fracaso.
Mientras todo ese grupo de dirigentes no dejen el balompié  peruano, los malos resultados seguirán y  nunca podremos ver una selección nacional  en algún mundial de fútbol. A menos que el  Perú lo organice.
¡ESTA ELIMINACIÓN TIENE UN NOMBRE Y ES MANUEL BURGA SEOANE!


sábado, 31 de agosto de 2013

El peruano ultrajado

Mientras Billy Paul canta “Me and  Mrs. Jones”,  la primera dama peregrina Nadine Heredia gasta tres millones de soles solo en viajes, burlándose así de unos profesores y  enfermeras que "paran la olla" con apenas unos cuantos morlacos. Y no digo nada del presidente Ollanta Humala porque parece que  no  lo tuviésemos.    
Alan García no se quedó atrás, en plena marcha, sin importarle las cámaras de televisión, furibundo le regalaba un puntapié aun famélico seguidor que apenas se tambaleaba al frente. la patada lo hizo saltar de dolor, y el rechoncho ex presidente entre dientes le increpaba:  ¡Fuera mierda!
El maestro de todos estos fue Alberto Fujimori, porque despues de ver su reloj,  fugó como el más ágil roedor del barco que apestaba a letrina abierta, aprovechando su viaje a la APEC. Una vez que estuvo a buen recaudo, renunció por fax a su cargo de presidente de la República del Perú y se quedó riéndose  a miles de kilómetros de esos millones de peruanos a los que  les había introducido la yuca por diez años primero con un agresivo shock económico que les trajo despidos y hambruna, luego, con su dictadura,  amedrentandolos para que no salieran a las calles a reclamar por pan, empleo o sueldos dignos, porque aquellos que se atreviesen a hacerlo serian inmediatamente detenidos y acusados de “terrucos” previa tortura. Además les lavó el cerebro haciéndoles creer que todo aquel político que hable de justicia social y reclame sus derechos tenían que verlo también como un posible "terruco".  Pobre peruano. A cada rato los hacen “cholitos” por unos pendejos aprovechados que saben cómo hacerlo. Y esto es de siempre, por eso tengo las maletas listas  junto con mi infaltable manual del exiliado, y esto va en serio, porque la vida de mis compatriotas vale lo mismo que esos soldados soviéticos en  “Enemigo al acecho” cuando intentaban  cruzar el Volga para alcanzar las ruinas de Stalingrado. 
Y esta forma de vernos a las mayorías, no solo la utilizan los políticos cuando quieren patearnos el culo y robarnos a mansalva como lo hacen las AFP,  si no, también en nuestra  televisión  basura algunos realizadores de programas, como buenos aprendices, utilizan las mismas argucias para burlarse de los peruanos.
Si utilizo algún calmante para hacer más llevadera esta ciudadanía,  un remedio es la buena música. Aprecio y  respeto las buenas voces, sobre todo, aquellas que se abren paso, libremente, al oído más exquisito. Como tambien detesto aquellos alaridos que te provocan en ese momento tener sordera.
El formato del programa, como era de esperarse, despertó la atención de los televidentes y con esto también las malas artes de sus realizadores, unos pendejos que desfrutan de altos ingresos gracias a sus fábricas que diariamente se burlan de la inteligencia y los oídos de los televidentes.
Tenía varios años  de enterrada,  pero la voz de aquella concursante  la había  vuelto a la vida a la española Rocío Durcal. Era sin exagerar una copia exacta de la original. Pero ante el estupor de los que estábamos al frente, ese jurado “trucho” conformado por un cómico travestido, una improvisada  cantante de chicha,  y liderados por un tal  Ricardo Morán, escucharon otra cosa y  la despidieron sin siquiera dar al público una excusa coherente.  Lo mismo ocurrió en otra temporada con el imitador de José José.  La reproducción era perfecta,  ni siquiera se había escuchado algo parecido en los programas mexicanos del mismo corte. Las malas noches   los tragos y todos los excesos del príncipe de la canción no pudieron enmudecerlo porque este participante lo había regresado a los escenarios y, otra vez, ese jurado “mañoso”  se cagó en la leche y lo sacaron del concurso.
¡Ya está bueno de tanta pendejada!, yo no voy a soplarme  semejante estafa. Está bien que seamos desdentados y hambrientos según Laura bozo, y que tenemos gustos tan repulsivos como para hacer famosos a criaturas tan pestilentes  como Carlos Cacho o Laura Bozzo , y como bien lo decía el racista Raúl Romero: “que por cinco lucas te compras un fiscal,  un par de abogados…”  haber quien se sopla ese concurso trucho. 
Ricardo Morán cree que por no tener ni un pelo de tonto,  le da el derecho a subestimar al resto,  pero algunos tenemos otro pellejo que dista mucho de cordero.

domingo, 4 de agosto de 2013

Las matadorcitas y otros veinticinco años de perdedores

Si tú crees que el desarrollo de un país se limita a solo incrementar los ingresos de un determinado grupo de personas. Si crees que contar con los mismos ingresos de uno del primer mundo, ya te puedes  considerar como parte de ellos. Si eso es lo que crees. Pues, te digo con todo el dolor de tu falso orgullo, que estas, totalmente equivocado.
El subdesarrollo de una sociedad  causada por la pobreza solo es una pequeña parte del problema, porque, la principal causa de ese subdesarrollo y  estancamiento es la cuestión mental, es el conjunto de pensamientos que posee esa deprimida población.
Lo he escrito tantas veces o lo he dejado sobre entendido. El pensamiento del peruano no ha avanzado nada en autocrítica. En pocas palabras no ha evolucionado. Todo lo contrario. Se ha congelado en el tiempo o ha retrocedido. A pesar de haber vivido un periodo largo de extrema violencia interna con el enfrentamiento entre peruanos, no hemos aprendido la lección, porque, la inequidad social,  la corrupción institucionalizada, la ineficiencia de gestión y la ignorancia en  general se han mantenido y se ha propagado aun más.  Haciendo que el pensamiento crítico de los que deberían tenerlo se ausente o no exista.
Los mismos problemas y alegrías tenía el peruano de 1988. Hoy como hace veinticinco años ese temor del limeño de salir a la calle no ha variado, porque,  ahora esa violencia maoísta ha mutado en ejércitos de sanguinarios sicarios que han  tomado las principales ciudades, destapando a una seguridad  que como hace veinticinco años era ineficiente y corrupta.
Hoy como hace veinticinco años la educación que brinda el estado  es mediocre y no hay ninguna universidad privada que esté a la altura de las principales de Latinoamérica -y no menciono a las públicas-.
Hoy como hace veinticinco años la sociedad peruana sigue siendo en su mayoría mística y religiosa, desenvolviéndose -sin saberlo- con muchos miedos, prejuicios, estereotipos y supersticiones.
Hoy como hace veinticinco años no leemos, y si lo hacemos, leemos lo mismo.
Hoy como hace veinticinco años el peruano enfermo  sigue siendo racista, porque continúa despreciándose despreciando  todo lo indígena,  por temor a reconocer  o por desconocimiento  que como él, el 80 % de la población tiene una enorme carga amerindia en sus genes y rostros.
Hoy como hace veinticinco años,  no creemos que los peruanos –junto al “perturbado occidental” Alan García- formamos parte de una cultura milenaria repleta de conocimientos que nos insta a la perfección y a la consecución del objetivo, logrando hacer de él un ser humano cada vez mejor y  haciéndole renacer una milenaria fortaleza y  seguridad que le hará sobrevivir en las peores condiciones.
Hoy como en 1988 en las olimpiadas de Seúl, esa timorata mentalidad afro criolla no mantiene un resultado  y a pesar de estar ganando el encuentro, el lozano fruto de esta sociedad suspendida en el tiempo,  no cree en ese éxito que ellas mismas estaban gestando y caen derrotadas no por el rival que tenían al frente,  si no,  ante otro que es peor, porque, está oculto e imperceptible. Es esa vacilación y vulnerabilidad que da la herencia de una mentalidad perdedora, corrupta, licenciosa y desordenada, que trajeron los moriscos en sus carabelas y que  defienden los más obstinados tercermundistas, hoy como hace veinticinco años en el Perú.
Es el eterno subdesarrollo. Es el eterno estancamiento. Mientras tanto nos conformamos con putear, saquear, embriagarnos, o un simple cuarto puesto, cuando pudimos pelear el primero. ¡A la mierda con todo!    

viernes, 2 de agosto de 2013

Edwin Donayre y el Donayre homosexual

Una población ignorante  que desconoce mucho, se maneja bajo el mandato despótico de los prejuicios, estereotipos y supersticiones. Son cristales polarizados que van desfigurando  sus vidas  y la visión que tienen de todo lo que les rodea.
Y a propósito del barullo que se armó cuando se quiso imponer el sorteo para el servicio militar. Ese día leí en un diario las declaraciones   provenientes  del conocido general en retiro Edwin Donayre. Este, como la gran mayoría de peruanos estaba en contra de aquella discriminatoria norma. El, alegaba que no solo los pobres deberían hacer el servicio militar, no teniendo mejor forma que fundamentarlo diciendo: “ya basta que solo los quispes y mamanis vayan al cuartel”.
Estas palabras dicen mucho y hablan de un pensamiento que está muy generalizado en la población, por lo cual es de obligatoria necesidad hacer ciertas precisiones para acabar con estas arcaicas ideas.
Para el señor Edwin Donayre y como toda aquella persona que ve  el mundo a través de  esta forma de estereotipos y prejuicios,  pobre es  sinónimo de Quispe y Mamani. Dentro de esa visión sesgada que tiene de los peruanos  Edwin Donayre,  no se ha dado cuenta que algunos quispes y mamanis gracias al esfuerzo –quizas- progresaron un poco dejando con el correr del tiempo y no pocas gotas de sudor ese estado de pobreza en la que se habían desenvuelto. Y que en esta realidad  hoy por hoy existe un numeroso grupo de quispes y mamanis emprendedores y que ya no forman parte de los sectores más deprimidos económicamente porque existen también –y es bueno que lo sepa- quispes  y mamanis exitosos,  profesionales  triunfadores  y  prósperos empresarios. Hubo alguno por ahí  que ha llegado a  ser inclusive ministro y no falta también uno que otro ocupando algún puesto de funcionario importante.     
Y no solamente esta diversidad se nota en la cuestión económica sino también se muestra en esa amalgama y variopinta realidad  étnica de  nuestra sociedad  mestiza en la que  conviven quispes y mamanis con la piel oscura como también transitan por ahí otros quispes y mamanis con la piel más clara. O como aquellos quispes y mamanis  que tienen los rasgos marcadamente andinos,  pero, también los hay algunos con rasgos occidentales.  Y esta variedad de ejemplos ocurre también con los gustos y conductas porque están los quispes y mamanis heterosexuales como también los hay homosexuales.
Esa es la realidad de una sociedad tan diversa como la peruana. Es un abanico de rostros y colores y de nombres y apellidos, todo mezclado, como para retar a las más imposibles convivencias pacíficas.
Lo que ocurre es que algunos peruanos no se han dado cuenta de esto y al  igual que el señor Edwin Donayre aun perciben este mundo tan diverso que les rodea con excesivos prejuicios y estereotipos producto de todo ese desconocimiento.
Así que señor Donayre ilústrese algo mas  y deje de ver a los peruanos  con esos primitivos y labriegos estereotipos y  prejuicios, ya que dentro de esa pluralidad como quispes y mamanis también existe una gran variedad de  Donayres, y dentro de ellos habrá acaso algún Donayre blanco como otro negro, algunos donayres ricos y otros pobres, también como no, habrá el donayre heterosexual como también el donayre homosexual.   

viernes, 28 de junio de 2013

¿Por qué la selección peruana de fútbol no clasifica a un mundial?


La participación de nuestra selección de futbol  en lo que queda de estas eliminatorias se ha convertido en la crónica de una eliminación anunciada. Son las falsas esperanzas para un enfermo terminal, puesto que hace varias fechas ya estaban descartados.                                    
Pero,  ¿Por qué una selección peruana no puede clasificar  a un mundial de futbol  desde España 82’?   La respuesta  es algo amplia, por los diferentes aspectos que se toca.        
Las  causas por las que nuestras distintas selecciones de futbol no clasifican  a los  mundiales, van desde razones históricas  y el aspecto organizacional, tocan también la parte humana del jugador y la conducta de los dirigentes desencadenando una crisis en todo el sistema del balompié peruano.  Obviamente,  esto nunca lo dirá  la prensa deportiva local, porque en su gran mayoría, defienden sus jornales y los intereses de los auspiciadores.        
Esta eliminación es causa directa de esa crisis  que  no es de ahora, sino, que su origen      –quizás- se remonta desde la misma época en que el primer inglés lo trajo en  su equipaje y lo desembarcó en el Callao  a finales de siglo XIX.         
Ya a comienzos del siglo XX,  la popularidad de la práctica de este deporte motivó la creación  en 1922 de la Federación Peruana de Futbol.                                           
Mientras que en el nacimiento de otras ligas en el mundo, sus fundadores iban instituyendo ciertos valores en sus federaciones, aquí ocurrió todo lo contrario, porque  sus autores  le infundieron un carácter pernicioso, incluyendo en sus estatutos esa conocida pusilanimidad del pendejo, ese que no busca el desarrollo y la prosperidad de la institución si no que en su lugar hace primar el egoísmo y los intereses personales. Ese espíritu idiota, egoísta y perdedor se fue institucionalizando con los años,  logrando que  este deporte naciera y creciera desorganizado, inmanejable,  por  las enormes dosis de informalidad,   improvisación y desorden que le fueron engendrando. Y así lo fueron manteniendo a través de las décadas. Mientras tanto,  sobre esa realidad, se fueron dando esporádicamente  buenas actuaciones de nuestro seleccionado (la buena generación de jugadores en la década de los años setenta  y las consecuentes  clasificaciones a los mundiales de México 70’, Argentina 78’ y España 82’) y que la prensa local – miserable y descerebrada-  se encargó de sobre dimensionarlos,  recordándonos  permanentemente,  haciendo creer a la población de la existencia de un futbol nacional con perspectivas de desarrollo.                     
Esa prensa deportiva local,  durante aquellas celebraciones,  nunca se detuvo en esos  momentos de algarabía  para meditar acerca del porqué de estos resultados. Pero lo cierto era que la clasificación a esos mundiales y la buena posición de nuestro futbol en Sudamérica durante aquella época, no fue el fruto de un trabajo planificado de su dirigencia o la consecuencia de una liga local muy bien organizada y con clubes acostumbrados a disputar las finales de los distintos torneos internacionales. Si no que  estos triunfos se debieron básicamente al azar y a la aparición de una generación de destacados  jugadores.                           
Transcurrida la década de los setentas y la clasificación al mundial de España 82’,  la mediocridad del balompié peruano se fue agudizando,  y  a esto se va ir sumando,  la enorme corrupción que iría infectando a sus dirigentes.             
En los años noventa, mientras el futbol de Colombia, Chile y posteriormente Ecuador destacaban  internacionalmente clasificando a mundiales y levantando sus clubes la copa libertadores, el futbol peruano,  llegaba al fondo de la tabla de CONMEBOL.  Esta crisis institucional y  dirigencial  que  en épocas pasadas había sido opacado por los triunfos de sus selecciones, ahora, salían a flote como en el retrete recién usado.                                                
En esta  etapa de nuestro futbol,  los millonarios ingresos producto por la venta de las transmisiones televisivas harán de sus dirigentes personajes poderosos e inamovibles en sus cargos, ahí destacaran por el cochambre las dinastías de los Delfino  y los Burga.                      
Es durante esta época en donde el futbol peruano llega al subsuelo, ayudado sobre todo por estos dirigentes y  por un sector de la prensa lameculos  (Fleishman,  Núñez, y tantos otros)   
Esa escasa moral y ética de la década fujimorista fue imitado también por los grupos que dirigieron y dirigen actualmente el fútbol peruano. Estos personajes corrompidos hasta el tuétano, para proteger y mantener sus intereses económicos siguen conservando este estado decadente del balompié local, porque hacer alguna mejora significaría -para ellos- dejar de percibir sus lucrativos ingresos.                           Esta es la realidad del futbol nacional. Por estas razones nuestras selecciones no clasifican a los mundiales.   
¿Si se podría cambiar? Claro que sí. La solución sería la intervención del estado mediante el Instituto Peruano del Deporte. Como principal ente de control debería realizar los cambios necesarios que den solución a esta caótica situación. Creemos que se debería para esto, previamente, formar una comisión reorganizadora que modifique completamente los estatutos y la organización total del futbol Peruano. Por los  escasos  peruanos conocedores sobre el tema se debería de contratar expertos internacionales (europeos) para que asesoren en la nueva organización. Esta reingeniería debe ser total. Claro que la FIFA amenazaría con la desafiliación a cualquier intento de intervención, pero qué más da, si por lo hecho, hace buen tiempo estamos desafiliados, porque en ningún torneo internacional de equipos ni de selecciones la camiseta peruana destaca ni pasa la primera ronda. 


Ridley Scott en su Waterloo

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