Una
de las mayores torpezas del libertador Simón Bolívar fue cercenar el Alto Perú
de nuestro territorio. Desde aquella época, tanto
Bolivia como nuestro país, salvo
Castilla y Santa Cruz, la infame atonía ha caracterizado a la mayoría de sus gobernantes de ambos estados, muchos de ellos destacados mangantes y disolutos cuando trataron de administrar las arcas públicas.
Los
quechuas, en su apogeo, supieron disponer de las virtudes del pueblo aimara,
por esta razón constituyeron la falange
del ejercito inca. Esas frías estepas altiplánicas hicieron desarrollar en estos pobladores una enorme resistencia y grandes habilidades para la guerra, qué
distinto final hubiera tenido la Guerra
del Pacífico si los gobernantes de aquella
época hubieran sabido aprovechar la fuerza de estos pueblos. Pero bueno,
esa es otra historia.
De
esa etnia surgió Evo Morales. No se esperaba mucho de un dirigente cocalero después de
conocer a los que tenemos por aquí, caracterizados por ser los "mejores" para colocar
piedras en la carretera y ocasionar el
caos pero cuando se trata de buscar soluciones
para el beneficio de la población prefieren antes solventar sus intereses y negociados.
Parecía
que iba a terminar por destruir aquel país enclavado en el corazón de Sudamérica, pero eso no ha sucedido, todo lo contrario, estos años en los que ha gobernado Bolivia de forma
democrática ha hecho de esa tierra un lugar en donde se respira orgullo y dignidad. Se
ha dado una especie de renacimiento boliviano.
La
región se alarmó cuando nacionalizó los
hidrocarburos, aquí muchos lo criticaron y le auguraban el más terrible de los fracasos
ante semejante y temeraria política. Con el correr del tiempo dichas medidas sorprendentemente han logrado estabilizar la economía boliviana y
colocarlas dentro del grupo que más han crecido los últimos años.
Gracias
al manejo y la explotación de sus ingentes recursos energéticos se ha incrementado
las exportaciones de tal forma que ha llegado a batir récords históricos. Teleféricos en El Alto, autopistas, grandes refinerías, letreros en
las principales ciudades hablando sobre respeto a la naturaleza, tolerancia
a la diversidad humana, coexistencia pacífica, orgullo nacional, etc.
Un lenguaje sano que promueve el desarrollo.
El
buen manejo de la economía ha producido el incremento del PbI y la reducción de la pobreza, a la vez, ha logrado negociar con sus élites y aquellos grupos, al parecer, lo han dejado gobernar.
Todos contentos.
Antes
que nosotros mandaron a construir y lanzar su propio satélite al espacio, pero uno
en serio, con la capacidad suficiente como
para fotografiar los hangares en donde está estacionado ese F-16 chileno, y no, como ese pedazo de alambique que negoció
Humala con los franceses que ni siquiera le sirvió para asegurar su refugio en París ni mucho menos para advertirnos a los peruanos sobre el último desastroso fenómeno del niño que
azotó muestra costa norte.
En
el país altiplánico el balón de gas tiene un valor de alrededor de 12 soles. Qué
mejor ejemplo para explicar sobre el
alivio que deben tener las economías de las familias bolivianas.
Bolivia
ha estado por mucho tiempo dentro los últimos países de Sudamérica, pero todo ha
cambiado para mejor desde que Evo Morales asumió el cargo de presidente de esa república.
En
las últimas elecciones legislativas los resultados les fueron adversos, era evidente
que un régimen que lleva más de una década en el poder de forma democrática, siempre iba sufrir un cierto desgaste y hasta donde
tenemos conocimiento ha respetado el
mandato de las urnas, demostrando con esto que guarda la lucidez de los grandes
guías que saben cuándo dar ese paso al costado para no caer en esa costumbre tan tercermundista de perpetuarse en el poder.
Hoy
Evo Morales ha hecho de Bolivia un país respetable y ha demostrado que posee la
talla de un verdadero estadista de aquellos
que pocas veces aparecen y, pasará a la historia de su país y de América latina
por haber sido el gestor de este envidiable
apogeo boliviano.