Durante miles
de años las faldas del volcán Misti y los territorios que rodean a la ciudad de
Arequipa fueron el habitad natural del Puma. Este gran felino,
dominó durante mucho tiempo estos territorios
hasta que los pobladores lo cazaron causando casi su extinción. A pesar
de ello, nos hemos enterado que en estos dos últimos años su número ha ido creciendo
gracias al trabajo de conservación que está realizando gente anónima y valiosa del Servicio Nacional
de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp).
Los Pumas una
especie de felino que no se veía hace
mucho tiempo, han vuelto a aparecer reportándose
más de cinco ejemplares avistados en los humedales dentro de la Reserva
Nacional de Aguada Blanca. Es grato saber que esta especie de felino estaría
retornando a su habitad natural que es las partes altas de la ciudad de
Arequipa.
El poder y la
agilidad de los pumas siempre han sido admirados por diversas culturas. Símbolo de
fortaleza que en el resto del mundo ha
servido para nombrar desde Helicópteros de combate hasta
importantes marcas de zapatillas. Pero a pesar de ello, paradójicamente, los arequipeños no le hemos dado la
importancia debida.
Muchas veces
en la historia el carácter “volcánico” de los mistianos se ha manifestado en revueltas que ha molestado al constreñido centralismo
limeño. Esas numerosas “revoluciones” han
servido para que a la ciudad la conozcan
en el resto del Perú como "El León del sur”.
La garra, la
fuerza y el amor a la tierra, ha hecho
del arequipeño un ciudadano muy diferente al resto de peruanos. Esa fortaleza muchas
veces también ha servido para
identificarse con aquella energía que poseen los felinos. Por esta razón
es común que el término “León” este muy difundido dentro de la idiosincrasia de
la ciudad, hasta el club de fútbol FBC Melgar ha tomado la
imagen de un león como su símbolo, así también otras instituciones. Pero, lo incomprensible
de esta historia es que la imagen felina que han elegido tanto ese club de
fútbol como la ciudad, no ha sido la del Puma que es propio de la región, sino, la del León africano que es totalmente ajeno a
la zona al país y hasta al continente mismo.
Como si
Arequipa estuviera edificada sobre una sabana de Kenia algún ágrafo a puesto al
león africano como símbolo de la ciudad de Arequipa relegando al Puma su verdadero
felino originario. Qué tal torpeza. Y este error hace buen tiempo se ha ido
difundiendo por toda la ciudad. Seguramente la persona que por primera vez
denominó a la ciudad de Arequipa como “León
del sur” lo hizo pensando en el Puma que también es conocido en la zona con el
nombre de “León andino”. Todos estos
años erróneamente hemos estado poniendo
como símbolo de esta ciudad a un felino intruso
que no representa verdaderamente la identidad de los arequipeños. El
desconocimiento fue el principal culpable.
Así es
señores, el verdadero “león arequipeño” siempre fue el Puma. Este felino es el símbolo
perfecto que representa ese vigor y lo más coherente es que forme parte de nuestro
acervo cultural. Arequipa es llamado “El
león del sur” y por esta justa razón el
Puma debería ser declarado parte de su
patrimonio y esta iniciativa debería partir de nuestras autoridades, difundiéndolo
como lo que es, el verdadero símbolo de
fortaleza que caracteriza a la ciudad.