El año que se acaba de ir, estuvo plagado de muchas decepciones. En el plano
internacional, ni bien salíamos de la resaca de la despedida del 2014 cuando el mundo se conmocionó al recordarnos las pantallas de televisión que
ahora la muerte es en vivo y en directo,
los sacrificados: unos periodistas franceses de la revista satírica Charlie Ebdo,
masacrados al mismo estilo de Tarantino.
La primera consecuencia de este atentado ha sido la propagación de un miedo que ha impregnado
las miradas de los franceses, y para aquellos escépticos los últimos hechos violentos en Paris terminaron
por someterlos completamente. Y
después de la controversia con los portahelicópteros de clase Mistral, a Francia
ya no se la ve como antes ni tampoco a Europa.
En la Guerra de Siria, el derribo
del caza ruso por parte de Turquía, le puso por el momento un “estate quieto” al oso ruso luego de su
destacado regreso como potencia militar
global, cosa que no ocurría desde la
desintegración de la URSS.
En nuestro continente después
de la crisis inmobiliaria del 2008 la recuperación económica de los EEUU
coincidentemente ha ido de la mano con el declive de las economías
latinoamericanas, ese efímero periodo en donde este maltratado hemisferio daba
destellos de un sorprendente e inusual crecimiento conjunto que hasta hacía acariciar
una exigua ilusión de un cercano
desarrollo, ha finalizado abruptamente
con el estancamiento y el caos brasileño, en el cadalso está Dilma Rouseff y Lula junto con un gigante que sigue
pesándole los pies de barro.
Quizás la mayor de todas las
decepciones del 2015 ha sido Argentina, la otra “potencia” latina que parecía
vivir un periodo de autonomía sin parangón en su reciente historia. Es que es
cierto del poder que guardan los medios de comunicación en los países
sudamericanos pero con sus propios intereses, casi siempre alejados de las necesidades de un país que busca desarrollar y destacar en el
hemisferio.
También el llenar los
estadios y dejar las bibliotecas vacías siempre ha traído nefastas consecuencias a la sociedad rioplatense, y el
daño es más terrible cuando algún personaje de ese mundo se lanza a la
política, esto lleva al país a la mayor incertidumbre.
Mauricio Macri, ha sido el
peor autogol que se ha hecho el pueblo argentino, desde Menem no ha existido mejor agente de ese apocalipsis que arrastra inequidad y
podredumbre. Las primeras acciones del ex dirigente de
futbol nos confirman en esto, cuando apenas asume el cargo de presidente las medidas tomadas han
estado marcados por la desintegración latinoamericana y con
el correr de los meses, seguro, se irá endureciendo la reducción de los
derechos individuales de la población. Todos aquellos logros sociales se irán
desactivando haciendo posible la “mexicanización” de la Argentina.
En perusalem la agenda la
puso la patética mutación de un respetuoso equilibrio entre hombre y mujer para
dar lugar a un humillante matriarcado insolente y frívolo.
He visto parejas y parejas,
unas más infames y repulsivas que otras, pero la que se ha formado entre Alan García
y Lourdes Flores es ya casi de un libreto de “Risas y Salsa”. El ex trovador de
los balconazos e improvisado participante del “yo soy” ochentero “Trampolín a la Fama” se ha aburguesado
demasiado al punto de quitarle a sus rezagos políticos aquella motivación, cayendo
como otros improvisados en la burda
copia de un plan de gobierno, para después sin reaccionar por el ego sobredimensionado
y casi desequilibrado, en un concubinato necrofílico.
Desde esta comarca mistiana
se nota que la influencia limeña es cada vez más fuerte con esto de la
mexicanización de la sociedad y la política peruana, y se nota sobre todo
cuando una enorme camada de indeseables buscan integrar aquellas listas congresales de las distintas agrupaciones políticas. Como
lo decía un medio local, resaltan los
“casi fijos”: analfabetos repugnantes, tan malignos como el mismo demonio, un cáncer
dentro de sus proles que terminaran de
podrir también el parlamento.
Es tanta la regurgitación de
mis tripas al ver todos estos subhumanos
que mil veces votaría en estas elecciones no por algunos de ellos sino por un
conocido podenco llamado “scooby” por
los universitarios, fiel chucho que los acompañó en tantas jornadas de
protestas que se sucedieron en este año por las calles de Arequipa.