domingo, 19 de marzo de 2017

Yamila Osorio y el puntapié al abuelo

En estas poblaciones, según PPK, de simpáticos chuchos, es común encontrar a verdaderos  salvajes dirigiendo municipios y  regiones. A muchos de ellos, el término: abyectos,  los describe perfectamente,  porque actúan -sin exagerar- como las más despreciables sanguijuelas.
Algo debe estar andando mal en este proceso de descentralización porque  desde que se creó el cargo de Presidente Regional  ahora llamado “gobernador”, no ha significado un “gran” aporte para el desarrollo local sino que más bien ha contribuido para que muchos de estos funcionarios terminen  en la lista de los más ricos de la comarca o los primeros  en hacer de sus instituciones  verdaderas organizaciones  de criminales como fue el caso de La centralita. En Arequipa, la prensa local los ha denunciado hasta la saciedad mostrándolos como una plaga depredadora que han saqueado los recursos de la región aplicando el mismo Modus operandi de la pasada década fujimorista, aunque, no creo que lleguemos  a tener  gobernadores regionales como aquella mejicana, analfabeta y fanática religiosa  que al no poder saciar sus frívolos caprichos con la típica corrupción y torpeza tercermundista solo llegaba al clímax cuando mandaba a desaparecer estudiantes con la ayuda de sus pozoleros.
Quién diría que esa lozana imagen que adornaba hasta hace unos años la postal del círculo más íntimo de Juan Manuel Guillén Benavides seria con el tiempo elegida gobernadora de la Región Arequipa. Como era de esperarse hasta la fecha no le observamos ninguna virtud, solo en aquella entrevista que concedió a ese diario, hizo notar una exagerada devoción por los santos y las iglesias, insinuando que  no hay domingo que no acompañe al delicioso plato de adobo su respectivo evangelio. Acaso, ahí estará la razón por la que prefiere derrochar  millones de soles en la construcción de un templo en medio del desierto mientras el Hospital Goyeneche se cae a pedazos  y  en el otro nosocomio de nombre Honorio Delgado ingresa una mujer embarazada  sana  y  termina contagiada de mortales infecciones  o como lo ocurrido hace unos días cuando el cuerpecito de un bebé (nacido muerto –según ellos-) terminó destrozado dentro de una de sus lavanderías. Es que para estos tiempos debido a los continuos escándalos de los presbíteros no es una buena carta de presentación declarar que uno es un exagerado creyente.
Como muchos otros que en la historia han coincidido el fanatismo con la inoperancia, la actual gestión de Yamila Osorio pasará al recuerdo de Arequipa no  por sus frívolos viajes mientras la Región se encuentra en escombros, sino,  porque constantemente viene negando a miles de adultos mayores su derecho a tener una vejez digna.
Mientras posa para las cámaras con un par de suertudos ex funcionarios retirados de alguna institución pública  ligada a la región,  miles de docentes jubilados cansados y con la boca seca, esperan que la  fiel devota de las iglesias y los santos  facilite la autorización para el pago de su deuda social. Ellos perseveran, sin saber  que en una sombría y púrpura oficina en ese edificio de estilo soviético una “María Magdalena” en un frío cuadro estadístico marcará el número de abuelos fallecidos,  y  porque aún quedan muchos vivos maldecirá y puteará a los cuatro rincones.  Y al  día siguiente dará las instrucciones a la ajada secretaria que indique a los “molestosos” que  “solo se pagará” a los que acepten  perder parte   de su dinero, solo así -recalca-, se les podrá  –quizás- considerar en la lista del mes siguiente. Un virtual puntapié al abuelo y sus esperanzas de creer que esta vez iba  ser distinto, que esta vez sí podría disfrutar después de haber laborado toda su vida recibiendo un sueldo miserable.
Yamila Osorio, después  de salir de la homilía, -a lo mejor-, creyéndose la estrella de telenovelas que siempre soñó, alzará  vuelo en una de sus travesías por el mundo. Los flashes y la prensa como molestosos paparazis pasarán al olvido porque dicen que Río, Madrid  o Toronto siempre serán  buenos ansiolíticos, entretanto,  un anciano menos habrá en esta ciudad de “serranos” que a lo mejor desde niña en su costeña Camaná le enseñaron a discriminar. Un abuelo más se habrá ido, un abuelo que hasta hace unos días con el caminar pausado y sus manos extendidas  rogaba solo un derecho que le correspondía, una dadiva de humanidad, solidaridad y sobre todo respeto que por lo que vemos nunca se encontrará en aquellas personas acostumbradas a las continuas plegarias y liturgias. 

domingo, 5 de marzo de 2017

Antonio Pavón y los caníbales de España


España debió mantener ese matrimonio formado con Portugal en el siglo XVI, fue un efímero gran estado que hubiera equilibrado el poder en ese continente con el  Reino Unido o Francia. 
Proyectos como este, en la historia española, han  caído siempre en saco roto  al  tropezar con unos implacables enemigos, que paradójicamente, siempre han sido los propios españoles. 
Esa élite, clase política y clérigos,  valiéndose de un pueblo extremadamente  cerril y complaciente, han depredado cualquier intento de modernización. 
Precisamente, a un par de esos ejemplares, hoy desgraciadamente, los tenemos entre nosotros, haciendo lo que mejor saben hacer, ese oficio de camioneros de telebasura que colabora en cebar con ese tercermundismo mental a muchos compatriotas.
Estos  últimos años, la patria de Telefónica,   está despidiendo un mal olor por sus continuos retrocesos,  que lo están alejando de esa civilizada Europa,  para parecerse  más a alguna de esas tiranías del Magreb.  
Y esto lo decimos,  a propósito, de cómo se coronó a su último monarca Fernando VI. 
Fue investido como  clandestinamente,  encerrado en un palacio blindado hasta los dientes, atemorizado por unos jóvenes  que afuera protestaban con sus cabezas rotas, muchos de ellos detenidos, pintando así la  investidura de un "antiguo régimen" que hacía agua y que recordaba  la coronación que tuvo María Antonieta en Versalles.
La actual monarquía  no permite lavar  el rostro de España  y su terca política lo está llevando inclusive a su propia desmembración con los intentos secesionistas de Cataluña. Y cuando alguien intenta buscar justicia para las víctimas del franquismo, como el juez Baltazar Garzón,  estos son perseguidos dejando a España junto a Camboya como los países en el mundo con  más fosas comunes dentro de sus territorios.
Lo más triste de este culebrón es que existe un buen número de españoles que no conocen esta realidad o simplemente no les interesa. Son un grupo numeroso que permite que la frustración sea casi su lema nacional. 
De toda esa muchedumbre  que históricamente han consentido este atraso frente al norte de Europa, gracias a la globalización y para la maldición del territorio que pisan, algunos de ellos han logrado cruzar el charco  para llegar al  Perú, no para contribuir con su  desarrollo y progreso, sino, para mantener el atraso en nuestra sociedad. 
Dentro de toda esa gente indeseable,han  destacado dos, como los mejores portavoces de lo peor de España, que quiere decir de Europa. Nos referimos a  Antonio Pavón y un tal Santi Lesmes. Ambos, son fieles representantes de aquellos que en su patria a través del tiempo han canibalizado todo intento de  progreso y, como si no les bastara el daño que han hecho a su país, hoy los tenemos por aquí cumpliendo la misma tarea que hacían allá.  Porque,  cuando abren la boca, solo lo hacen para defender la incultura, el trabajo sucio de la  holgazanería del chisme, los prejuicios raciales, los fundamentalismos religiosos,  y la cobarde y sanguinaria corrida de toros. Inclusive, esa televisión limeña que se asume la letrina misma  inclusive ha dado licencia  para que el tal Santi Lesmes llame "feo" a un  peruano, en su propio país y por las pantallas de televisión a nivel nacional.
Cuántos como  ese par  estarán por esta tierra de nadie  de fronteras que son coladeras, en el que pueden ingresar libremente, asesinos, maleantes de todo tipo, drogadictos,  sicarios de la peor calaña, gracias a los señores de migraciones, que seguramente, tienen firmes instrucciones de algún burócrata influyente,  extremadamente racista e ignorante, con el cerebro congelado en el siglo XIX, que sigue creyendo, que el mejor inmigrante extranjero que necesita el Perú es aquel que sea lo más blanco posible, aunque este sea un criminal, y que de alguna manera sirva para “mejorar" su "disminuida raza". Qué tal hijo de mil putas.    

viernes, 10 de febrero de 2017

Alejandro Toledo y la moral racista

El fujimorismo a infestado como el cáncer las principales instituciones de la república, por lo tanto, todo lo que cavilen  será para minar lo mucho que nos había costado a los peruanos,  como el regreso de la democracia,  y  qué mejor forma de agujerear este neonato periodo que llevando precipitadamente  a la celda  a uno de sus gobernantes.
Era evidente y era de esperarse,  un recio cholo que se atrevió a gobernar  este país de “cholos  avergonzados”  (y esto me cuesta aceptarlo) no podía salir librado así tan fácilmente. Esas élites nunca le tuvieron respeto (y él tampoco hizo mucho para ganárselo).  Todavía  recuerdo la silbatina que recibió cuando  el Caso Zaraí  aún estaba fresco, tuvo la mala suerte de caer en una playa de un  club de uniformados ¿dónde todavía? De nada sirvió su investidura de Presidente de la República  porque para  todos esos socios  que estaban  tomando sol esa mañana  este atrevido merecía  saber que para ellos solo era un cholo que no se diferenciaba del cabizbajo  portero  que al ingresar  les había saludado. Fue abucheado,  burlado e insultado, la excusa: Zaraí. 
Ese mismo comportamiento también lo tuvieron casi todos los peruanos durante todo su mandato, fue negado millones de veces, solo por su rostro. Hicieron  mofa de cada una de sus frases  que utilizó  en campaña y los que de vez en cuando su compañera belga vociferaba.  Jamás fue tolerado, solo tenía que aparecer  el escandalo  preciso  para denigrarlo lo suficiente y así de sus cuatro extremidades mutilarlo políticamente manchando su biografía  exigiendo su detención.  Suficiente para  que quede en la memoria  de esa elite criolla que a ese temerario de fuertes rasgos indígenas que llegó a ser su mandatario ahora lo tienen como siempre lo quisieron ver como el cholo ordinario y  ratero.
El huayco andino es incontenible. Han sido quinientos coercitivos años y por la salud del Perú, el ciclo está  por renovarse. Sabedores de esto, estas  élites racistas y rencorosas  en estos  últimos años con el fin de calmar en el pueblo ese mesianismo  andino,  les ofrecieron  a toda esa muchedumbre agitada un  par de “mesías”  que iban a tener sus mismos rostros (Toledo y Humala) Y los electores por un momento se entusiasmaron  porque  al cabo de cuatro años les convencieron  que una persona de su color y estrato  nunca estará  en condiciones de gobernar. Al final el mensaje era que desistan en buscar un gobernante cholo como ellos,  así que tendrán que conformarse como siempre ha sido, con uno como la minoría que los gobierna siempre, lo más pálido posible.
Como en las películas gringas el primero que muere siempre ha sido y será  el protagonista negro,   aquí también, después que apareció el escándalo de los sobornos de Odebrecht ,  de todos los ex presidentes  el más cholo siempre será la primera víctima, cuando todos sabemos que hubieron peores.  
Toledo perdió el respeto por el mismo cuando llevó su herencia milenaria como siente un turista gringo al ver un suvenir  andino,  y se entregó aquiescente  a toda esa parafernalia  occidental. Nunca fue visto como un ser digno de respeto, porque nunca tuvo identidad étnica, solo se limitó a ser un simple cholo aculturizado. Distinto hubiera sido si se hubiera asumido quechua, pero eso le hubiera hecho  temblar las piernas y sudar frio, mejor un vaso de whiskie  y hablar inglés para mitigar ese encojo.
Para sus mentores en Stanford  siempre fue visto como los dirigentes del Barza vieron al pequeño Messi  en esa villa polvorienta bonaerense,  como un simple “conejillo de indias”  sin arraigo ni identidad y en el que se podía experimentar.
Grandes enseñanzas que nos dejan estos tiempos, el derecho a poseer una identidad étnica base de la autoestima de una persona, en este momento, es privilegio que pocos nos podemos dar en este país, mientras tanto el sentirse marginal de por vida siempre será una de la causantes para caer en el pillaje y la corrupción. 

miércoles, 18 de enero de 2017

Donald Trump y ese nacionalismo

Este viernes juramenta Donald Trump  el nuevo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica y el mundo espera ese momento  en una completa  incertidumbre,  casi comiéndose las uñas. Aquí las repetidoras como el Comercio, RPP, Canal N, La Republica, etc. (en realidad todo el puesto de revistas), se alarman,  como sí  realmente  habrá  algún cambio  significativo en ese  trato que siempre ha existido entre la  superpotencia y sus  vecinos que están al sur del Rio Bravo. Más bien, esta especie de paranoia  ha  servido para  desear  –paradójicamente-   lo que antes era satanizado y visto  de reojo, como el TPP por ejemplo,  que ahora  lo promocionan  como si fuese la única salida  para nuestro desarrollo  cuando hace algunos meses, antes del triunfo del magnate,  –entre otros aspectos-  se lo criticaba por ser muy restrictiva en cuestión de la propiedad intelectual.
Otro de los miedos al nuevo habitante de la Casa Blanca es que haría una administración proteccionista  y de escasa apertura  con el exterior.  Hace unos días una de sus conocidas trasnacionales,  para no buscarse problemas con el nuevo gobierno,  había decidido cancelar un millonario proyecto en un país bananero de mano de obra barata y gobierno corrupto,  para establecer  esa planta industrial ahora en los EEUU y así dar empleo  a más de sus  connacionales.   
En América Latina lo ven casi como el demonio encarnado,  sobre todo cuando lo comparan con Obama (ahora más santo que el mismo Martin Luther King),  sin saber que,  ambos son  cara de la misma moneda.  Y es que esta aversión  ha aumentado  desde que en la reciente  campaña  electoral  el ex protagonista de realitys prometió (y ahora lo ha confirmado) que  construiría  un muro en la frontera con México. Después de ver la decadencia de la sociedad mejicana, sus élites corruptas, sus Thalías  y mari mercedes, sus chavos del ocho, sus analfabetos y fanáticos religiosos que llenan sus enormes templos, su violencia callejera, esa telebasura que llega de Televisa y que aquí América TV  lo difunde desde hace varios años con total impunidad. Después de ver todo esto, no le discutimos a Trump el rechazo que tiene a todo lo negativo  que viene de ese país.
Y lo que nadie habla de toda esta milonga es que en el mundo no veíamos  desde la década de los años treinta del siglo pasado el resurgimiento  de los nacionalismos encabezados por notorios caudillos como en su época lo hizo Mussolini y Hitler. Lo paradójico es que hoy ese renacimiento  se va dar en la  cuna de la democracia y las libertades.   
Por la importancia del esta nación y su influencia en el mundo, seguro que este tipo de régimen no será un caso aislado, todo lo contrario, debe ser el inició de la eclosión de otros regímenes con el mismo corte en otras partes del orbe. No olvidemos  el reciente  Brexit  en Inglaterra y el ascenso de Le Pen en Francia.
¿Y cómo vamos por casa?  Es que no podemos ser ajenos a esta corriente. Cómo no creer en el nacionalismo, pero  no ese “bamba” y risible  que encabezó  Ollanta Humala y sus perdedores, ni tampoco ese nacionalismo que siempre se han apropiado los izquierdistas. Sino estamos hablando de ese nacionalismo positivo  que te hace amar a tu nación, a tu bandera. Que te da sentido de pertenencia y esa  confianza que te insta a   crear industrias y riqueza para que progrese tu pueblo, como es en Rusia,  Reino Unido o en los mismos Estados Unidos. Ese nacionalismo que  rescate esos valores milenarios que están en ese muro Inca, en ese Qhapaq Ñan, en la perfección que se rescata de ese tapiz huari y de esa cultura milenaria que existe desde Caral.

Y si en la tierra del Tío Sam  que es un país joven lo han entendido al elegir  a Trump con mayor razón en nuestra comarca  que posee una existencia milenaria.

sábado, 31 de diciembre de 2016

Santiago Roncagliolo y la carta de un acomplejado



Este año 2016 que se nos va,  nos ha traído un nuevo presidente. No había mucho de donde elegir, al final quedó un jubilado agente de Wall Street  y  la otra intragable opción era la primogénita del que preparó la mesa para el suculento banquete que hoy muchos se están dando.
Y para demostrar que nadie se va de este país  sin antes pagar caro este saqueo, porque aquí nos jodemos todos.  Los sueños  de pasar las fiestas de fin de año nada menos que en alguna exclusiva estación de invierno helvética fueron  rotas  de un golpe cuando la justicia peruana emplazó  a la ex primera dama  Nadine Heredia su inmediato regreso a Lima.
En el exterior el neoconservadurismo se va  acentuando en los Estados Unidos con el triunfo de Trump y este nuevo panorama ya comienza a notarse en su sociedad y sus medios como  la CNN en español y el animismo de Camilo Egaña que el otro día discutía la razón y los valores de la Revolución Francesa.
En la Guerra de Siria el triunfo de Rusia en Alepo solo pudo ser opacado con el atentado de su embajador en Ankara, como también y, coincidentemente,  en nuestro hemisferio, la muerte y los funerales del cubano Fidel Castro y sus homenajes fueron pasados a segundo plano con la caída de un  avión que llevaba a  un humilde equipo de futbol brasileño  que estaba a punto de alcanzar la gloria.
En Venezuela sigue gobernando el salsero Maduro y,  claro,  continúa devastando el país, uno de los más ricos en la zona en recursos estratégicos. Y en Argentina el pelotero Macri persiste en desempolvar  el viejo libreto de Menem.  El resto de países latinoamericanos, salvo Uruguay, no existen. Y Brasil sigue siendo el gigante con pies de barro.
México, se consolida como la tierra de nadie, la Ucrania del continente, decadente, sucio, una letrina, que ni siquiera el quinceañero de una de sus pobladoras  ha podido esconder. 
Aquí en Arequipa (es el nombre de la ciudad que me soporta),  continuamos viendo –con pesar-  como la decadencia occidental  sigue en caída libre; pero a pesar de ello, los peruanos (la  cuarta  población  más ignorante del mundo) sigue manteniendo la ingenuidad de un reciente esclavo liberto, porque persisten  en verse pequeños frente al mercachifle  extranjero como algunos jóvenes escritores que ayudan a legitimar  y hacer creíble toda esta degradación humana.
Con motivo del Hay Festival  (una feria de libros light  y escritores ligeros)  que se desarrolló en esta ciudad del sur peruano,  la BBC, para poder hacer entender a sus lectores algo sobre este país andino, torpemente,  pidieron al escritor Santiago Roncagliolo  que escribiera sobre el Perú pensando en sus hijos (nacidos en España), y el resultado fue una carta en donde, el hijo de militar, demostró un completo desconocimiento de lo que es el Perú milenario,  reduciendo a parte de los peruanos a ser simples y comunes  pobladores que no se diferenciarían mucho de aquellos habitantes que pululan en cualquier arenal de Somalia  o  Angola.
Hay que aclararle al señor Roncagliolo que esta tierra en donde  nació como muchos intelectuales "forasteros” por libre elección, debería de saber que, no todos los peruanos (gracias a dios) no tenemos la cosmovisión  que usted posee y que le hace creer que todo lo de afuera es mejor. Le recuerdo que aquí señor Roncagliolo,  todavía existe gente que se siente perteneciente a una cultura milenaria que en su apogeo, dieron muestras de inteligencia y creatividad, y ahí están sus restos que son evidencias indiscutibles  y  demuestran susa destacados avances. Son esos valores humanos que inspiraron -quizás- a los grandes pensadores franceses que dieron progreso al mundo occidental. 
A sí que no sigas con esos anacronismos huachafos de seguir sintiéndose inferior al foráneo y que lo demuestras con total impunidad  cuando sigues manteniendo esa decadente y soterrada  costumbre  de  intentar pateticamente “mejorar la raza”. 

miércoles, 21 de diciembre de 2016

El amor al extranjero

Si uno se encuentra dentro o fuera del país  y  pregunta  a ese extranjero ¿Cómo le trata el peruano? (y al decir extranjero me refiero  aquel que por sus rasgos y color de piel  se identifica  claramente como foráneo) encontrará que la mayoría de ellos responderá  que cuando visita o visitó el Perú encontró a un peruano muy atento con el forastero,  muy servicial que  hasta llega  al extremo de brindarle techo y comida y si fuera el caso le ofrece  hasta a su misma  hija, (sobre todo si este extranjero  resalta por su palidez). Esta actitud peruviana no distingue raza, porque lo hacen tanto cholos, negros, indios, charapas, criollos, etc. Tiene que ser peruano de pura cepa.
Pero qué hay detrás de esa conducta del peruano cuando se muestra  como en estos casos tan serviciales y atentos con el extranjero. Será producto de una muy buena educación o habrá detrás un muy bien tapado y encubierto sentido de inferioridad frente a todo lo foráneo porque desde hace cinco siglos le han hecho creer que es inferior a todo extranjero.
Y es que es así, en esa aquiescencia del peruano con el forastero está lo segundo.  
Aquí lo que ha existido siempre es que una minoría étnica domina culturalmente  a una  gran mayoría, y su cultura lo inyecta por todos lados y aprovecha todos los medios para hacer que el peruano  mayoritario y muy diferenciado de esa minoría quiera ser como ella, y si para eso tiene que recurrir  al cirujano o cambiarse el apellido,  él lo hará, sin medir el costo tanto psicológico como emocional.  Millones de peruanos seguirán este camino, el camino  de la aculturación.
Esto siempre ha ocurrido en la historia del hombre, pero aquí el problema está en que la cultura de esa minoría es torpe y degradada y muy escasa en valores;  en cambio los valores milenarios que están en ese Machu Picchu, en ese tapiz huari, en ese Capác Ñan, en esos  Incas,  son enormemente necesarios para  la felicidad y el progreso de esas mayorías.
Esta receta  de aculturación que excluye la cultura milenaria,  para el infortunio del país se continúa dando al peruano. No hemos aprendido de nuestros errores. Al final si seguimos así, continuaremos con una sociedad carente de autoestima, porque no existe  identidad nacional ni sentido de pertenencia, y cuando eso ocurre,  la decadencia se manifiesta con desorden, caos, corrupción, desdicha, violencia, el imperio de lo ilícito, la improvisación,  la corrupción. Males que por ejemplo se han agudizado y se ha generalizado en la sociedad mexicana. Ellos eligieron el camino de enterrar su pasado milenario y han creado el monstruo aculturizado que ahora conocemos. Gracias a la providencia no somos México y estamos a tiempo de no serlo nunca.
Han pasado miles de años y avances tecnológicos, y  los países que lideran al mundo,  sus sociedades se caracterizan por poseer autoestima, patriotismo, sentido de pertenencia, identidad nacional. Esto no ha variado con la economía de mercado ni con la moda de los tiempos, todo lo contrario.
Así qué,  si queremos que el foráneo nos respete, primero aprendamos a respetarnos nosotros mismos, aprendamos a querernos como somos  y a valorarnos. El día que llaguemos a esto,  el extranjero aprenderá de nosotros y ahí por fin conoceremos la palabra respeto.


lunes, 5 de diciembre de 2016

El CADE y los comerciantes ambulantes


Domingo, seis y media de la mañana, enciendo mi televisor de 14 pulgadas pero de insuperable imagen y me encuentro al periodista Mario Gibellini estrujando en el rostro del afamado hacedor de encuestas y ahora encargado del CADE 2016 Alfredo Torres, lo inútiles que han sido a través del tiempo estas reuniones. Y como siempre ocurre en esta comarca, el entrevistado al no encontrar una repuesta racional y lucida recurrió a esa exagerada religiosidad para arrancar de ella la escusa necesaria, comparando a este evento empresarial con un retiro espiritual, en donde, los asistentes, apenas finaliza la reunión se olvidan de lo tratado.
Cuando uno lee sobre el comienzo del progreso y la prosperidad de los Estados Unidos, Reino Unido, Francia y otros tantos casos, la clase empresarial de aquellos estados jugaron un rol muy importante porque fueron y son el motor de los avances y crecimiento de sus determinadas naciones. Con lo visto y la forma como se cierra la versión del CADE 2016 nos damos cuenta que vivimos en un país sin brújula, porque esto que estamos pasando ya lo han vivido nuestros abuelos (los que aún quedan), en realidad es una fotocopia del Perú de los años sesenta del pasado siglo XX.
Hace unos días en Chile con su clásico estilo adormecido el presidente Pedro Pablo Kuczynski afirmaba desmoralizado que en nuestro país es una pérdida de tiempo fabricar acero porque nunca podremos competir con los productos ucranianos. Y sin dar alguna otra alternativa para esta desdichada realidad, daba entender que la industrialización en nuestro país es una verdadera utopía.
Bueno, si no podemos fabricar acero y la industrialización de nuestro país es una utopía, entonces, ¿Qué alternativa tenemos?, acaso ser un paraíso financiero o un lugar condenado a la eterna extracción primaria e importación de productos manufacturados. ¿Qué mierda vamos a ser en el futuro?
Es que no hay ideas, es que seguimos con el mismo pensamiento de Pizarro y sus 40 ladrones, solo expoliar y acumular una adecuada fortuna y cuando el saco esté lleno, ahí todo a la espalda y abandonar esta tierra de indios al borde del caos y la violencia como lo ocurrido en Huaycan uno de los numerosos guetos limeño.
Como en la segunda mitad del siglo XX, a las tertulias del CADE le falta lo que sí se observa en aquellas reuniones rusas, británicas o norteamericanas: sentido de pertenencia, amor al país, a la nación, banderas nacionales, un presidente propio del país, gente comprometida con una tierra que la siente suya.
Al final terminan como las reuniones que tienen algunos comerciantes ambulantes, en donde, la esperanza al mañana se ha perdido completamente conformándose miserablemente a ganar lo que se pueda en el día.
Somos un país que ha sido foco de civilización en el planeta. Aquí se formó el imperio más poderoso de América y también construimos maravillas modernas. Fuimos centro de la invención y la creatividad, pero es una pena ver que los que se reúnen en el CADE carecen de esta energía, de esta autoestima.
Y ya lo mencionó Hu Jintao y lo ratificó Xi Jinping, el desarrollo de China y su posición en el mundo solo dependerá si cuenta o no con grandes y competitivos grupos empresariales. Y aquí, no estamos alejados de ello. El Perú nunca dejará el subdesarrollo mientras su clase empresarial siga con esa inercia y congelado en el tiempo.
Quisiéramos ver grupos empresariales peruanos que conquisten el mundo con eficiencia y creatividad, porque es una lástima que hoy no exista algo parecido, solo conformistas y cabizbajos ex “turroneros”.
La BBC de Londres ya lo mencionó al catalogarlo como “triste” al actual crecimiento económico peruano, porque a pesar de los rimbombantes números esta realidad se asemeja más a la patética imagen de un orate ebrio recostado en la acera a punto de atragantarse con sus propios vómitos.


Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...